Una era post secular

Escucha la Firma de José Luis Restán del jueves 11 de diciembre

José Luis Restán

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En una conversación con la periodista Ana Zarzalejos en el portal ACEPRENSA, el obispo de Trondheim, Erik Varden, insiste en una idea que ha repetido últimamente: no estamos en una época post cristiana sino en una era post secular y eso, dice, “lo vemos bastante claro en el norte de Europa”. No se trata de mera curiosidad por la religión o de la búsqueda de una tabla de salvación a la que aferrarse, sino de conversiones reales de las que es testigo casi a diario. Cuando la periodista le pregunta sobre el motivo de este renovado interés por el catolicismo responde que la gente se siente atraída sencillamente por la verdad que propone.

Varden observa con ironía que a los católicos nos gustaría tranquilizarnos y pensar: “bueno, todo esto de los últimos años ha sido solo un bache”. Pero no hay nada automático y todo dependerá de cómo acojamos este momento providencial y de qué tipo de testimonio demos. En ese sentido recomienda un consejo de San Antonio Abad: “deja que Cristo sea el aire que respiras”. O sea, dar testimonio de la esperanza, practicar la hospitalidad, estar atentos tanto al dolor como al gozo de la condición humana, y cultivar una fascinación humilde por el misterio de Dios. Y añade una advertencia importante para este momento: “debemos tener mucho cuidado con la instrumentalización de los símbolos y del vocabulario cristiano, y ante toda esa retórica de la lucha de las civilizaciones… la fe debe iluminar y enriquecer el ámbito secular, pero no puede ser tomada como rehén por él”.

Concluye diciendo que en los últimos años la Iglesia ha estado corriendo detrás del mundo para intentar hablar como él, metiéndose en TikTok e Instagram. Pero en eso, observa, siempre vamos a estar al menos diez pasos por detrás de todos los demás. En cambio, “si hablamos nuestro propio lenguaje, el de la Escritura, el de la liturgia, podemos decir cosas asombrosamente originales y hermosas. Y la gente sí las escucha”. Nos lo dice desde la fría Escandinavia… en la que ahora contempla conversiones cada día.