Nuestra misión es su misma misión
Escucha la Firma de José Luis Restán del jueves 10 de julio
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Ayer, en Castelgandolfo, el Papa celebró la Misa por la Custodia de la Creación en el Borgo Laudato Si, una especie de laboratorio para buscar formas nuevas y eficaces de custodiar la naturaleza que Dios nos ha confiado, siguiendo la intuición del Papa Francisco. En la homilía de León XIV observamos la continuidad y la renovación del camino de la Iglesia en este gran tema de nuestro tiempo. Frente a un mundo en llamas, por el calentamiento global y por los conflictos armados, los cristianos no se entregan a los eslóganes fáciles ni se dejan conquistar por el pánico, sino que confiesan ante el mundo su esperanza: la que hemos encontrado en Jesús, el Salvador del mundo.
El Evangelio de la Misa proponía la escena de la tormenta en el lago, que llenó de terror a los apóstoles. Sobre ese estremecimiento, Jesús se levantó erguido, y dice el Papa León que ahí “se vislumbra al Resucitado, presente en nuestra enrevesada historia… la reprimenda que Jesús dirige al viento y al mar manifiesta su poder de vida y salvación, que se impone sobre aquellas fuerzas ante las cuales las criaturas se sienten perdidas”. Nosotros sabemos que Jesús es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia, y nuestra misión de custodiar la creación, de llevarle paz y reconciliación, es su misma misión. Aquella misma voz que se levantó en la tormenta “obliga a la Iglesia a ser profética, incluso cuando exige la audacia de oponernos al poder destructivo de los príncipes de este mundo”, dijo ayer León XIV. No hay rastro de ideología ni de falsos buenismos, “la alianza indestructible entre el Creador y las criaturas moviliza nuestra inteligencia y nuestros esfuerzos para que el mal se convierta en bien, la injusticia en justicia y la codicia en comunión”.