Memoria y compromiso
Escucha la Firma de José Luis Restán del jueves 20 de noviembre
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En estos días recordamos los acontecimientos trascendentales que tuvieron lugar en España hace 50 años: la muerte del general Franco y la coronación del Rey Juan Carlos. La Iglesia Católica llegaba a esta coyuntura habiendo realizado un camino desde la adhesión a la fórmula del nacionalcatolicismo al distanciamiento crítico y la apuesta por la reconciliación y el establecimiento de la democracia. Y así, en la misa celebrada con motivo de la coronación de Juan Carlos I, el cardenal Tarancón estableció claramente que la Iglesia no se identifica con ninguna ideología y no pide ningún tipo de privilegio. Pide la libertad que reclama para todos. Son palabras que tienen una radical actualidad.
Este 50 aniversario llega durante la celebración de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, y su presidente, Luis Argüello, no ha querido eludir la cuestión. Tras describir el papel de la Iglesia en aquel gran giro histórico, ha propuesto para los próximos tres años, hasta el 50 aniversario de la Constitución, un esfuerzo de purificación de la memoria que permita superar la polarización ideológica y ahondar en la reconciliación que habíamos logrado en la Transición. También propone abordar las causas profundas de la crisis de las democracias liberales y el auge de los populismos. Son muy significativos los acentos que Argüello propone para que los católicos colaboremos a edificar la ciudad común, en un momento de crisis de confianza en la política: “el elogio de la razón, la amistad social y la acción iluminada por la Doctrina Social de la Iglesia”.
Concluye su discurso con una cita del cardenal Sebastián, uno de los grandes protagonistas de aquellos días decisivos: “sin ninguna pretensión de exclusividad, la Iglesia española quiere contribuir al enriquecimiento de la sociedad y al bien moral de los españoles, pudiendo intervenir libremente con sus enseñanzas y pronunciamientos en el dinamismo cultural y espiritual de nuestra sociedad”.