Hay alegría en el aire

Escucha la Firma de José Luis Restán del lunes 28 de julio

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Miles de jóvenes de los cinco continentes está llegando estos días a Roma para celebrar, unidos al Papa León XIV y a toda la Iglesia universal, el Jubileo de la esperanza. 

Siempre hay que estar precavidos frente a las generalizaciones, pero cada vez me convence más la observación de que estos jóvenes católicos han superado ya, en su experiencia vital, las polémicas y las divisiones que han marcado el camino de la Iglesia durante los últimos sesenta años. 

Como le he escuchado decir a un obispo, estos jóvenes no desconocen ni desprecian los grandes dones del Concilio Vaticano II, que ya son suyos, pero no quieren continuar con la mentalidad de algunos de sus abuelos, que siguen dando cansinamente vueltas a la peonza de las viejas oposiciones entre progresistas y conservadores. Lo que verdaderamente desean es experimentar la novedad de Cristo, que es el mismo ayer, hoy y siempre, porque solo Él puede renovarlo todo. 

Y de paso romper una dialéctica que a veces nos desangra. Son jóvenes que han crecido en entornos muy secularizados, que no tienen nostalgias del pasado ni se dejan embaucar por supuestas modernizaciones, que no quieren que nadie domestique su fe, ni por la izquierda ni por la derecha.

Qué gran oportunidad implica que estos jóvenes se encuentren, dialoguen y recen juntos, y que juntos escuchen al Papa el próximo fin de semana, porque como decía otro obispo, seguramente será León XIV quien los guíe con serenidad hacia un nuevo tiempo… Hay alegría en el aire, pero no una alegría falsa, de fanfarria, sino como señal de que algo está sucediendo, quizás sin demasiado ruido. 

Es algo que no hemos creado nosotros con nuestras estrategias, es la verificación de que, a través de muchas tormentas y sinsabores, el Señor se cuida de su Iglesia y no la deja naufragar.

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