Tan del mundo, tan de Dios
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Escribe mi amigo Juan Orellana que el espléndido documental “Libres”, que se presenta como una película sobre la vida contemplativa, en realidad trata sobre la vida cristiana, o sea, sobre cómo el encuentro con Dios hace plenamente humana la vida. Es verdad, y ayer lo pude comprobar y disfrutar en una sala de cine abarrotada por personas de todas las edades. Yo, que vivo la familia, el trabajo en los medios de comunicación y el compromiso público, necesito este testimonio para afrontar mejor mi propia vocación cristiana y sus implicaciones históricas, distintas de las que viven cada día los monjes y monjas contemplativos. En esta película impresionan la belleza y la fuerza de la naturaleza, verdadero libro de Dios, pero también la arquitectura de los monasterios, que habla y custodia el misterio de Cristo presente que hace posible una morada plenamente humana que acoge el trabajo, la cultura, el afecto, la enfermedad… ¡Belleza de la creación y belleza de la obra del hombre cuando se deja tocar por Cristo! “Libres” es una auténtica sinfonía de rostros, silencios y palabras que no teme ni se escandaliza de nada de lo humano, que cantan la plenitud de la que habla el Evangelio: “si me seguís tendréis el ciento por uno, y después la vida eterna”.