No es casualidad sino un plan divino

José Luis Restán reflexiona sobre cómo viven estos días los cristianos en Irak

José Luis Restán

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En Semana Santa la Iglesia universal mira siempre a la tierra en la que caminó y predicó nuestro Señor Jesucristo, la tierra concreta en que comenzó la historia cristiana que, pese a todas las tempestades, nos alcanza en el presente. En estos días se ha vuelto celebrar la Misa, por primera vez desde 2014, en el monasterio de San Miguel, cerca de Mosul, en la Llanura de Nínive. Este edificio fue utilizado por el Daesh como depósito de armas y municiones. Todavía hoy, seis años después de la liberación, sólo 50 familias (de un total de 50.000 personas) han regresado a sus hogares, y la labor de reconstrucción de viviendas, lugares de culto y negocios despega trabajosamente. El miedo a la inseguridad y la incertidumbre sobre el futuro siguen marcando la vida de los cristianos en la región.