Nieves González Rico: "A los hijos hay que ayudarles a aprender de lo vivido para que sea una oportunidad"

La directora del Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria organiza el III Congreso 'Educación del Corazón'

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Esta semana comienza la tercera edición congreso virtual para educadores católicos La educación del corazón. Una cita convocada por el Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) que, en esta ocasión, lleva por título La ternura: el antídoto. Desde el próximo 22 de septiembre y hasta el 2 de octubre, los más de 11.000 inscritos podrán disfrutar de 32 ponencias impartidas, entre otros, por Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante; Gabriele Kuby, escritora; Javier Prades, rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso o Mons. Fernando Cerro, arzobispo de Toledo y primado de España, que impartirá la sesión inaugural de este congreso 100 % gratuito.

Y es que una de las claves en la formación de nuestros hijos como personas es la educación afectiva, la educación de los sentimientos. Educar a los hijos es una tarea que recae, fundamentalmente, en los padres, y somos nosotros los que tenemos que desplegar una serie de competencias, pero también de sentimientos, para educar de forma integral a nuestros hijos. Uno de los más importantes es la ternura: "Muchas veces no somos conscientes de la huella que dejamos los padres sobre los hijos y cómo esto influye en su bienestar, en su afectividad, en la relación con los otros, en que se sientan bien dentro de casa. Es fundamental a la hora de educar de manera sana, firme y estable", explica la psicoterapeuta Elena Arderius, directora del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia de la Universidad Francisco de Vitoria y que realizará una ponencia titulada Padres tiernos, hijos felices.

Ella explica que la forma en la que los padres educamos a nuestros hijos tiene una relación directa con la felicidad de los pequeños: "Es fundamental a la hora de educar a unos hijos sanos, relientes, con autoestima, apegados, que sean capaces, en un futuro, de establecer relaciones de apego seguras...".

El papel del padre en la educación de los hijos también es otro de los asuntos que aborda este congreso virtual organizado por la UFV. Es el encargado tradicionalmente de enseñar al hijo la corrección, la obediencia o a insertarse en la sociedad en la que vivirá, como explicará en su ponencia Ángel Barahona, director de Formación Humanística de la Universidad Francisco de Vitoria: "Es una figura que, paradójicamente, es a la vez autoridad y ternura, correción y acogida, que nunca usurpa el papel de madre o de amigo, sino que se mantiene en una relación asimétrica pero potente desde el punto de vista psicológico, porque es el que tiene que socializar, separar al hijo del cordón umbilical de la madre, integrarlo dentro de la hostilidad de las relaciones sociales, con la corrección..."

Él reconoce que muchas de las carencias afectivas que sufren algunas personas son consecuencia directa de la falta de una figura paterna idónea: "Ahora mismo, el estereotipo del 'niño blando' o del niño que está por encima de la ley... todos reconocen que hay una carencia de padre ahí. Hasta Éveline Sullerot, las feministas más conscientes de esto reconocen que se necesita rescatar al padre de sí mismo. Y esto es algo que necesita ser educado, no es fácil que uno tenga ese don natural de ser padre".

Otro de los asuntos que se abordará en este congreso es la capacidad de amar al hijo en su error, que es el tema de la ponencia que va a presentar Nieves González Rico, directora académica del Instituto Desarrollo y Persona de la UFV.

González Rico ha explicado en 'Mediodía COPE' que "hay que educar siendo conscientes de que los hijos tienen que ir ejerciendo cada vez más este regalo que es la libertad, que no está hecha para elegir entre varias cosas, sino para elegir el bien, porque es lo que nos va a permitir ser felices. Pero en este ejercicio de la libertad podemos acertar o equivocarnos".

La directora del Instituto Desarrollo y Persona también ha asegurado que es muy importante que los niños aprendan a asumir las consecuencias de sus errores: "Muchas veces, por un amor equivocado hacia los hijos, primero deseamos que los hijos no se equivoquen, algo que es imposible y, después, queremos evitarles las consecuencias de estos errores, cuando son una oportunidad de aprendizaje y de maduración. Con un amor incondicional, que está por encima de su acierto o de su error, hay que ayudarles a aprender de lo vivido para que sea una oportunidad de crecimiento futuro".