La historia de las “Noches Claras”: "Todo lo que hacíamos no nos llenaba hasta que vinimos aquí"

En Monzón, en la provincia de Huesca, hay un grupo de jóvenes que hace 8 años tomaron una decisión. Todos los viernes junto a otros chicos de su edad salían a las discotecas de la zona. Bebían, bailaban y la verdad es que lo pasaban bastante bien. Sin embargo un día les hicieron una propuesta.

Desde la pastoral juvenil de la diócesis de Barbastro les invitaron ir a un convento de su ciudad un viernes al mes a pasar un rato todos juntos y a rezar. Este grupo de jóvenes se lo pensó. La mayoría de ellos eran creyentes pero no tenían claro si ese era el lugar en el que pasar la noche de un viernes. Como te digo, se lo pensaron pero acabaron aceptando.

Empezaron a ir y poco a poco se dieron cuenta que lo pasaban muy bien. Algunos de ellos nos dicen que contaban los viernes que quedaban para volverse a encontrar. Juntos en el “Convento de Las Claras” de Monzón, en Huesca compartían sus inquietudes, rezaban, leían el evangelio y reflexionaban juntos. Poco a poco empezaron a animarse más jóvenes a asistir y aquellos encuentros se hicieron muy populares. Sin darse cuenta eran 200 jóvenes.

Llamaron a aquella actividad “las noches claras” y todos los jóvenes estaban entusiasmados con ellas. Descubrieron que había chicos con sus mismas inquietudes y que además compartían la misma fe. Llegó la pandemia y estas “noches claras” no se detuvieron. Las siguieron haciendo los viernes aunque de manera online. Ahora estos encuentros siguen y han empezado a rotar incluso por distintas iglesias de la diócesis de Barbastro.

Carlos Loncán es uno de estos jóvenes de Monzón que lleva asistiendo a estas “noches claras” desde que comenzaron. Con él hablamos en Mediodía COPE después de que “Noches Claras” haya recibido el “Premio Carisma de Pastoral Juvenil Vocacional” que entrega la Conferencia Española de Religiosos.