Carlos, superviviente del 'Costa Concordia': "Llegué a temer por mi vida"

El 13 de enero de 2012, hace justamente 10 años, el crucero Costa Concordia se hundía a solo 150 metros de la costa de la Toscana. El barco, de 17 pisos y un peso de 115.000 toneladas, tenía previsto realizar un viaje de una semana por el mediterráneo, pero una maniobra no programada en la ruta inicial causó el accidente. Chocó contra una roca que produjo una gran rotura en su casco. Poco a poco la embarcación comenzó a inclinarse.

A bordo viajaban más de 4.000 pasajeros y la evacuación fue caótica. Nadie se preocupó por organizar la salida y todo fue muy desordenado. En algunos botes pensados para 30 personas, subieron más de 70.

Algunas personas lograron llegar a tierra nadando... y otros fueron rescatados por helicópteros... pero no todos consiguieron salir del buque. En total murieron 32 personas, una de ellas era española.

El comandante del crucero se llamaba Francesco Schettino. La tradición de mar indica que el último en bajar es el que está al mando. Pero en este caso no fue así... Schettino decidió abandonar el barco cuando se hundía. La guardia costera le pedía insistentemente que regresara a bordo pero él no lo hizo.

Francesco Schettino fue detenido al día siguiente y tras un largo proceso judicial fue condenado a 16 años de cárcel. Él siguió asegurando que no era responsable de lo ocurrido y que su tripulación no le advirtió del peligro inminente.

El barco estuvo hundido en el mar durante un año y medio. Para retirarlo de allí, tuvieron que emplearse aproximadamente unos 450 millones de euros. Se construyó específicamente una plataforma para poder enderezarlo y transportarlo. Había que mover 44.000 toneladas. Cuando se retiró, se comenzó a limpiar y a replantar todo el lecho marino de la zona.