Alejandra Salinas, portavoz de Contemplare, explica la nueva iniciativa solidaria: "Las monjas hacen queso, dulce de leche y mermeladas. Aquí coexisten los productos de toda la vida"

La tradicional venta de dulces de convento se renueva con turrones de matcha, cosméticos y hasta morcilla para untar para garantizar la sostenibilidad de los monasterios

Ignacio Juanilla Bernardo

Madrid - Publicado el

3 min lectura

La Navidad se adelanta con una de las campañas solidarias más esperadas. La Fundación Contemplare ha puesto en marcha, hasta el próximo 23 de diciembre, su gran iniciativa anual: el mayor encuentro de productos elaborados en conventos y monasterios. Más de 80 comunidades de España, Francia e Italia participan en esta venta especial que busca garantizar la sostenibilidad económica de las congregaciones religiosas a través de sus elaboraciones artesanas.

Tradición y modernidad en el paladar

Este año, los clásicos navideños como polvorones, mantecados, mazapanes y hojaldrinas comparten estantería con propuestas nunca vistas. Alejandra Salinas, portavoz de Contemplare, destaca que el objetivo es dar a conocer "una enorme variedad que es muy artesanal, elaborada de una forma muy particular y que están buenísimos". La iniciativa permite a los compradores descubrir el valor de estos productos únicos.


Pero la verdadera sorpresa de esta edición reside en la innovación. La campaña presenta productos tan llamativos como el turrón de matcha, bolitas de macadamia y chai o incluso morcilla para untar. Salinas se muestra sorprendida por el ingenio de las comunidades: "Te sorprendes, dices, bueno, pero ¿cómo es posible? Las monjas hacen queso y también licores y cerveza y dulce de leche".

Aquí coexisten los productos de toda la vida, o sea, el turrón, el polvorón, el mazapán, la yema, la hojaldrina, pero también hay, pues, patés, productos novedosos"

La portavoz explica cómo logran el equilibrio perfecto entre el pasado y el futuro. "Aquí coexisten los productos de toda la vida, o sea, el turrón, el polvorón, el mazapán, la yema, la hojaldrina, pero también hay, pues, patés, productos novedosos, que a lo mejor no se te ocurrían", señala Salinas, destacando la capacidad de las monjas para adaptarse a los nuevos gustos sin perder su esencia.

Una ayuda vital para subsistir

El objetivo principal de la campaña es claro y urgente: proporcionar un salvavidas económico a cientos de monasterios. Cada compra contribuye directamente a que las congregaciones puedan "pagar las facturas de todo el año de seguridad social, de calefacción, aunque calientan muy poco y pasan mucho frío", explica la portavoz de Contemplare.

Vendiendo estos productos, desgraciadamente, de forma tan estacional en esta época del año, consiguen pagar esas facturas que tanto les resulta, que tanto les angustia"

Alejandra Salinas

Portavoz de Contemplare

La dependencia de esta venta estacional es total para muchas comunidades. Alejandra Salinas subraya la angustia que supone para ellas afrontar los gastos fijos y cómo esta iniciativa es su principal fuente de ingresos. "Vendiendo estos productos, desgraciadamente, de forma tan estacional en esta época del año, consiguen pagar esas facturas que tanto les resulta, que tanto les angustia", confiesa, poniendo de manifiesto la fragilidad de su situación.

Cosmética natural y el poder del voluntariado

Además de la gastronomía, la campaña de este año estrena una novedosa línea de cosméticos. Entre los productos estrella se encuentran una crema curativa de propóleos de las cistercienses y una crema facial hidratante para pieles atópicas. Lola, una de las voluntarias, destaca su calidad: "He cotilleado un poco los cosméticos y he visto que son supernaturales, o sea, hechas por las monjas. Ahora que los cosméticos parece que están llenos de cosas, de repente te encuentras que esto es supernatural".

Nada de esto sería posible sin la colaboración desinteresada de cientos de personas. El voluntariado es el motor que impulsa la iniciativa, encargándose de tareas que van desde la descarga y colocación de productos hasta la venta directa. "Este proyecto sale adelante por la enorme ayuda de tantos voluntarios. El que quiera venir a ayudar, pues bienvenido sea", afirma Salinas, quien revela que solo para el puesto de la Plaza Mayor cuentan con más de 200 voluntarios apuntados.


Los interesados en colaborar con esta causa pueden encontrar los productos en tres ubicaciones hasta el 23 de diciembre: en la Plaza Mayor de Madrid, en el centro comercial ABC Serrano de la capital y en la feria El Camino, en el centro de Oviedo. Una oportunidad única para adquirir regalos navideños con alma y, al mismo tiempo, dar visibilidad y apoyo económico a la vida espiritual de los monasterios.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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