Un experto señala las claves imprescindibles para facilitar el aprendizaje de los niños en las aulas

Uno de los ámbitos de nuestra vida que más han evolucionado es la educación de los más pequeños ¿Cómo o cuánto más va a cambiar? ¿Dónde han quedado los cuadernillos Rubio, los lapiceros, las gomas de borrar...? Ahora a los más pequeños les vemos con una tablet o un móvil en la mano. El problema es que si vamos cambiando las herramientas con las que los niños aprenden, vamos a tener que cambiar también la forma en la que se enseña, las materias, las asignaturas...

Poco a poco, esto ya se va haciendo y con la pandemia lo hemos vivido en primera persona. Cada vez más clases online, más recursos digitales, más enseñanzas en los propios entornos digitales... Pero si hay algo que en todos estos años no ha cambiado son las aulas.

"Yo espero que desaparezcan los pupitres de las aulas y exista una mayor variedad de elementos para aprender", comienza diciendo Guillermo Bautista, profesor e investigador de la Universidad Oberta de Cataluña y perteneciente al grupo que investiga cómo serán las aulas del futuro, a través del SMART CLASSROOM PROJECT, sobre la posibilidad de que desaparezcan las aulas tal y como las conocemos.

"Nuestro proyecto da importancia a las personas, incluso más que los medios y el entorno. La realidad es que los medios y el entorno influye mucho en cómo aprendemos, empezando por el bienestar de cuando se aprende. El entorno también es importante para el desarrollo de los niños y de los profesores. Los primeros resultados dicen que cambiar el espacio y las aulas también modifican la metodología, cómo el profesor atiende a los alumnos, cómo circula por el aula, cómo atiende a todo el grupo... Entonces es muy importante ese entorno", reflexiona Bautista sobre los elemento a tener en cuenta en clase.

"Si los niños se mueven, tendrán mejor comportamiento"

Asimismo, el entrevistado ha hablado de lo que debería cambiarse en las aulas para favorecer el aprendizaje: "El alumno debe ser un sujeto activo del aprendizaje. Los espacios deben fomentar el bienestar, deben ser confortables, ya que, ahora, realmente no lo son y eso influye. Nos fijamos en la calidad del aire, en la temperatura... Esto influye en el comportamiento. Deben ser también espacios flexibles que fomenten la colaboración porque se aprende mejor con la interacción. También deben fomentar el movimiento, el cambio de posición en las personas, el que les permita cambiar de grupo... Los niños necesitan moverse".

El pupitre es un elemento que hace que el niño no se mueva y siempre esté sentado en su silla, y es un elemento muy incómodo. En nuestra investigación vemos como, cuando dejamos que los niños cambien de posición o de lugar en el espacio, tienen mucho mejor comportamiento. Debe ser un espacio que fomente la fluidez, espacio sostenible, armónicos...", enumera el investigador.

Por otro lado, también es importante cómo está organizada tu casa, concretamente la habitación de los niños y, en este caso, se deben tener en cuenta los mismos puntos mencionados anteriormente. "Debe ser un lugar cómodo en el que se puedan desarrollar varias actividades", agrega.