Tres españoles reciben un galardón internacional tras inventar un método para saber si la carne de pollo está contaminada
Su invento, desarrollado desde la startup Oscillum, cambia de color según la descomposición de los alimentos
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Más de 59 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año en la Unión Europea. Esto equivale a 132 kilos por persona y tiene un coste total de 132.000 millones de euros. Una gran parte de este desperdicio proviene de la falta de certeza sobre la frescura de los productos, lo que provoca que tanto consumidores como comerciantes descarten alimentos que aún podrían ser seguros para su consumo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que cada año, 23 millones de personas en Europa se enferman por consumir alimentos en mal estado.
Pilar Granado, Pablo Sosa Domínguez y Luis Chimeno, que tienen edades comprendidos entre los 28-29 años y son residentes de Elche, figuran entre los galardonados con el Premio Jóvenes Inventores 2025 de la Oficina Europea de Patentes, por el desarrollo de etiquetas inteligentes que muestran en tiempo real si el estado de los alimentos es apto para el consumo, evitando así el desperdicio de comida en buen estado. Pilar García Múñiz ha analizado este brillante patente en 'La Tarde' con los fundadores de la empresa Oscilum.
Tres jóvenes españoles, ganadores de los Premios Jóvenes Inventores
Estas tres mentes privilegiadas están entre los 10 premiados y han sido seleccionados entre más de 450 candidatos por la Oficina Europea de Patentes (OEP), con sede en Múnich (Alemania). "Esto es un reconocimiento que indica que estamos haciendo algo que puede tener interés y un impacto notable en la notoriedad", comentó emocionado Luis Chimeno.
de la teoría a la práctica
Los tres protagonistas estudiaron la carrera de Biotecnología en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Este proyecto se viene cocinando a fuego lento desde su etapa estudiantil cuando se les ocurrió la idea que dio lugar al invento. Pilar Granado indica cuándo y cómo surgió el proyecto: "Estábamos en tercero de carrera y surgió un domingo cuando Pablo no tenía nada más que un filete de pollo en la nevera. No tenía buen aspecto, Luis y yo nos guiamos por el olor y la textura. Ahí nos dimos cuenta de la falta de información que tenemos sobre nuestros alimentos".
La carne de pollo es un alimento nutritivo y saludable, pero tiene un riesgo evidente: el de la contaminación bacteriana. Las recomendaciones indican que es seguro refrigerar la carne cruda de pollo entre uno y dos días y la carne cocinada de pollo y otras aves entre tres y cuatro días. Pablo Sosa fue quien indirectamente hizo saltar las alarmas a sus compañeros y nació el experimento de la pegatina como explica Pilar: "Es un biosensor que colocamos en contacto con los alimentos y en función de su color nos va a indicar le estado de la carne. El color blanco indica que se esta fresco y se puede consumir; cuando tiene color gris es que hay que consumirlo pronto y, finalmente, cuando tiene color negro es que debemos desecharlo porque ya ha alcanzo el límite de crecimiento microbiano seguro para el humano".