Un doble crimen de película en Fuengirola: así ha sido el asesinato de los dos jefes del Clan de los Lyons

Pablo Muñoz, periodista especializado, desgranó en el programa 'La Tarde' los detalles de un caso con tintes cinematográficos

Lorena Costa

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La noche del 31 de mayo, mientras miles de personas celebraban la final de la Champions en el paseo marítimo de Fuengirola, se produjo un doble asesinato que parecía sacado de un guion de thriller. Dos escoceses, Ross Monaghan y Eddie Lyons Jr., líderes del temido Clan de los Lyons, fueron asesinados a quemarropa por un sicario que se acercó tranquilamente a su mesa.

Pablo Muñoz, colaborador de La Tarde y periodista de ABC, narró la escena con crudeza: “Se acerca alguien vestido con ropa deportiva y una braga que le cubre parte del rostro. Sin mediar palabra, saca un arma y dispara desde atrás al cuello de una de las víctimas. El disparo le atraviesa el corazón. Muere al instante”.

El asesino no se detuvo ahí. Cuando intentó disparar al segundo objetivo, el arma se encasquilló. A pesar de la tensión del momento, según Muñoz, “el asesino no pierde los nervios. Repara el arma, persigue al otro hombre que huía al interior del local y le dispara dos veces más, dejándolo también muerto. Luego se marcha andando, como si nada”.

Un asesino metódico y frío  

Desde el primer momento, la policía supo que no era un crimen cualquiera. “Lo saben al instante”, explicó Muñoz. “Primero, porque las víctimas tenían antecedentes y estaban fichadas como miembros de un clan criminal. Segundo, por la frialdad del asesino. No cualquier sicario es capaz de arreglar un arma encasquillada en pleno ataque y seguir con su objetivo como si nada”.

El autor material, Michael Realey, británico de 44 años, no es un sicario al uso. “No es un simple matón a sueldo. Es un miembro de alto rango dentro de la estructura criminal que ordenó el asesinato. Tiene un largo historial y es probable que haya más muertes a sus espaldas”, añadió el periodista.

Eddie Lyons Jr y Ross Monaghan

Una huida estudiada al milímetro  

La investigación policial fue tan veloz como el crimen. En solo 13 días, el asesino fue detenido en Liverpool, cuando estaba a punto de desaparecer en un país sin tratado de extradición. Muñoz relató la huida con detalles que revelan la planificación previa: “Sale andando del lugar del crimen, se mete en un túnel de cercanías sin cámaras, coge su coche y se dirige a Portugal. Allí se afeita la barba, se rapa el pelo y vuela a Leeds. De ahí, a Liverpool, donde cambia de domicilio varias veces”.

A pesar de sus esfuerzos, la policía española ya le tenía en el radar. “Las fuentes de información que manejan son extraordinarias. Lo localizaron y se emitió rápidamente la orden de detención internacional”, explicó Muñoz. La detención se produjo un viernes por la tarde, en un piso de Liverpool.

Víctimas con un largo historial y blancos conocidos  

Ambas víctimas habían sobrevivido anteriormente a intentos de asesinato. Uno fue tiroteado en 2010. El otro, en 2017, delante de un hospital. En esa ocasión llevaba chaleco antibalas, lo que le salvó la vida. Poco después de ese ataque, uno de ellos viajó a Málaga, donde se instaló permanentemente.

La policía no descarta que el asesinato tenga consecuencias violentas. “Las víctimas eran muy relevantes dentro del Clan de los Lyons. Es lógico pensar que habrá represalias. La gran incógnita es dónde: si en Glasgow, su base de operaciones, o aquí en la Costa del Sol”, advirtió el periodista.

El paraíso del crimen organizado

Preguntado sobre el papel de la región en la actividad mafiosa, Muñoz fue claro: “No es un paraíso, porque la policía española es de las mejores del mundo en la lucha contra el crimen organizado, y esta operación lo demuestra. Pero sí es cierto que hay representantes de todas las mafias. Circulan armas de guerra, hay muchos tiroteos y estamos en una situación delicada”.  Aunque las cifras oficiales apuntan a una ligera mejora respecto a 2023, casos como este, en palabras de Muñoz, “ponen esa narrativa en cuarentena”.

Un caso que marca un antes y un después

La captura de Realey, que actualmente permanece en custodia preventiva en el Reino Unido, es un golpe simbólico al crimen organizado. Si no hay obstáculos judiciales, será extraditado a España. “Se le ha quitado de la circulación durante mucho tiempo”, concluyó Muñoz.

Un crimen que encendió todas las alarmas en el corazón de la Costa del Sol, resuelto con una eficacia que confirma la preparación de las fuerzas de seguridad españolas frente al crimen globalizado.

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