"Venir al mundo en una casa sin las mínimas condiciones higiénicas es ya una mala manera de empezar la aventura de la vida"

La comunicadora de 'La Tarde' analiza el caso de un bebé de Málaga, cuya madre intentó venderlo por 3.000 euros a una familia que no podía tener hijos

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Esta no es una historia navideña, aunque podría serlo, y no tiene un final feliz, aunque podría ser peor. La protagonista vino al mundo hace unos días en Málaga y eso ya debería ser un motivo de alegría en un país, el nuestro, con la tasa de natalidad más baja de Europa. Pero venir al mundo en una casa sin las mínimas condiciones higiénicas es ya una mala manera de empezar la aventura de la vida y que tu primer viaje en la vida sea camino del hospital. Tampoco es el mejor de los comienzos.

Y allí en el hospital los médicos constatan con horror que has dado positivo en un test de drogas. La policía comienza a hacer preguntas cuando tu madre trata de dar unas explicaciones que realmente no tiene. Es ahí en el hospital cuando los agentes detectan cosas que no le cuadran en la inscripción en el registro civil del que dice ser tu padre. Algún día te explicarán que la policía comprobó que no había relación entre tu madre y tu presunto padre más allá de residir en la misma ciudad.

Y algún día quizás te contarán que tu madre trató de venderte por 3,000 € a una pareja que no podía tener hijos. No sé si tu madre te explicará algún día por qué lo hizo. No sé si llegarás a saber realmente el motivo. Tampoco sé si conocerás algún día esa pareja que quería tener hijos, que no dudo que querían lo mejor para ti, pero que escogieron la vía equivocada. Un atajo inaceptable porque una vida humana no tiene precio, porque nadie puede comprarte por 3,000 € porque la necesidad no justifica lo que hizo tu madre.

Han descubierto, además, que tu madre trató de hacer lo mismo con otro hijo, con tu hermano años atrás y que la policía también lo impidió. Te explicarán que tu historia ha ocurrido en Málaga. Algún día tendrás edad para saber que quedaste bajo la tutela de la Junta de Andalucía y que te entregaron a una familia de acogida de urgencia.

No es una historia navideña y el final está lejos de ser perfecto. Y aunque tu vida empezó entre sombras, lo que viene puede ser distinto. Que tu vida no quede definida por las primeras páginas, sino por todas las que te quedan por escribir. Por cierto, pequeña, no sabemos tu nombre, pero perfectamente podrías haber nacido para llamarte Esperanza.