"Sánchez conoce la salida, sabe que está en su mano, pero prefiere seguir dando vueltas, aunque eso suponga paralizar todo un país"

La comunicadora de 'La Tarde' analiza todos los casos que rodean al Gobierno de presunta corrupción, y explica por qué Sánchez está "acorralado"

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El Tribunal Supremo ha comenzado a revisar hoy los recursos presentados por el exministro de Transportes y ex secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, y su asesor Koldo García, contra el auto de procesamiento del magistrado Leopoldo Puente que les envió a prisión hace justo hoy una semana.

Tres magistrados de la sala de lo penal del Supremo, Antonio del Moral, Juan Ramón Verdugo y Pablo Llarena, estudian a puerta cerrada los recursos que las defensas de Ábalos y Koldo García presentaron contra el auto de procedimiento abreviado que les pone a un paso del primero de los juicios que van a tener que afrontar.

El juez Leopoldo Puente los procesa por los delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y malversación de caudales públicos. Las acusaciones y la fiscalía solicitaron penas de prisión muy elevadas y ante el posible riesgo extremo de fuga por la proximidad del juicio. El juez los envió el jueves pasado a la cárcel.

El futuro para ellos se presenta cada vez más negro. Llevan una semana entre rejas. En Soto del Real no pueden participar en ningún taller porque las actividades se reservan a los presos con condena firme. Es decir, que tienen todo el día para no hacer nada. De hecho, dicen que Ábalos quiere escribir sus memorias. Bueno, pues tiempo va a tener porque lo normal es que pasen una larga temporada en esta situación de prisión provisional.

En las últimas horas, Ábalos ha recibido a más otro revés judicial. La sala de apelaciones desestimó el recurso de apelación que interpuso su abogado en el que se oponía a la decisión del juez de dividir la causa en varias piezas. Solamente por la primera de esas piezas, el cobro de mordidas por los contratos de venta de mascarillas en pandemia, José Luis Ábalos se enfrenta a una petición de cárcel de 24 años por parte de la fiscalía. Una petición que las diferentes acusaciones elevan hasta los 30 años.

Si como se espera, el Supremo decide finalmente rechazar su recurso, Ábalos perdería de forma su sueldo de diputado y todos los derechos de participación política en la Cámara. En la práctica, el Congreso contaría con 349 diputados. Se ha descartado cualquier intento de la presidenta del Congreso de rebajar las mayorías. Sería una maniobra demasiado burda y recurrible por la oposición en los tribunales.

Y se va a producir una situación curiosa. Sin Ábalos y sin Junts, la mayoría de la investidura mengua a 171 escaños. Son exactamente los mismos que tiene el bloque del no del Partido Popular. Vox y UPN. No hay ninguna ley, ninguna convalidación de un decreto que pueda prosperar con un empate en la votación. Por eso era tan importante el voto 172, el disputado voto del señor Ábalos.

Con esta explicación se entienden las prisas de Pedro Sánchez, que esta semana ha intentado sin éxito recomponer la relación con el partido con el partido de Puigdemont. Un gobierno sin presupuestos, un parlamento que no puede aprobar leyes, un bloqueo total sin precedentes en nuestra historia democrática. La salida está clara. Disolución de las cortes y convocatoria de elecciones generales anticipadas, pero Pedro Sánchez no quiere. Disfruta dando vueltas en el laberinto. Conoce la salida, sabe que está en su mano, pero prefiere seguir dando vueltas, aunque eso suponga paralizar todo un país.