"El tiempo dirá si el legado de Charlie Kirk pasa por acercar posturas y no por crear más muros. Las palabras de su viuda de momento dan algo de esperanza"

La comunicadora de 'La Tarde' analiza las palabras de Erika Kirk, viuda de Charlie Kirk, que ha asegurado que perdona al asesino de su marido, siguiendo las enseñanzas de Jesús

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En una sociedad tan polarizada, tan dividida, Erika Kirk nos ha dado una lección. Hace 12 días su marido hablaba a los jóvenes reunidos en la Universidad del Valle de Utah. Tenía 31 años. Defensor del uso de armas, hablaba a los estudiantes del derecho a usarlas. 

Otro joven de 22 años, Tyler Robinson, le disparaba en el cuello. Kirk murió en el acto. Casi la mitad de los estadounidenses no tenían ni idea de quién era él, de quién era Charlie Kirk, pero para la otra mitad era un patriota, un mártir de la libertad. 

Ayer, 63.000 personas llenaron un estadio en Arizona con aires de revancha, una especie de funeral de estado para despedir a uno de los líderes del movimiento conservador Maga. Y fue allí, frente a esa multitud cuando su viuda tomó la palabra. Erika subió al estrado con la voz entrecortada por las lágrimas y sorprendió a todos. No lanzó acusaciones, no pidió justicia con venganza. Dijo algo distinto, algo inesperado, que perdonaba al asesino de su marido.

Un mensaje en la línea contraria al odio que grupos de ultraizquierda lanzaron en redes sociales alegrándose de la muerte de un ser humano. Erik sorprendió a todos con su discurso en el que destacó que la respuesta al odio no es el odio. En contraste, la política volvió enseguida a su tono más áspero. 

Donald Trump, tras abrazarla, confesó públicamente, "Yo odio a mis rivales y no quiero lo mejor para ellos. Lo siento, Erika". Una frase que muestra lo difícil que romper esa espiral de enfrentamiento que hay en Estados Unidos y que se extiende por tantos rincones del mundo. 

La división social solamente se cura con personas que influyan en la opinión pública y trasladen el mensaje de que las cosas no son ni blancas ni negras y que dividirlo todo entre buenos y malos es una estupidez. 

Acababan de asesinar a su marido, pero Erika Kirk no habló con odio, como tal vez esperaban algunos de los miles de seguidores que abarrotaban el estadio a las afueras de Phoenix. La esposa de Charlie Kirk tomará ahora el mando de Turning Point, la organización de la que ya forman parte 2000 grupos de estudiantes y 800 grupos religiosos

El tiempo dirá si el legado de Charlie Kirk pasa por acercar posturas y no por crear más muros. Las palabras de su viuda de momento dan algo de esperanza.