"El caso es que los protocolos del PSOE no han funcionado y el partido ha quedado de nuevo retratado con el episodio Salazar, ¿qué le está pasando al PSOE con las mujeres?"

¿Qué le está pasando al Partido Socialista con las mujeres? El discurso feminista del que tanto presumen, la teoría se viene abajo cuando la práctica es muy diferente, cuando entre el dicho y el hecho hay un gran trecho. El caso Salazar, él es el ejemplo más reciente y seguramente el más sangrante. Primeros 10 de julio. 

El gobierno está en shock. La semana arrancaba con una bomba informativa. Santos Cerdán, el todopoderoso secretario de organización del partido, era conducido en un furgón a la prisión de Soto del Real. Los socialistas acudían el sábado 5 de julio al Comité Federal con los ánimos por el suelo y se desayunaban esa mañana con otro misil. Eldiario.es Informaba que algunas mujeres acusaban a Paco Salazar de comportamientos inadecuados como comentarios obscenos sobre vestimenta y aspecto físico. Invitaciones para a dormir en su casa u ofrecimientos de cena fuera del horario laboral. Para el gran público, este hombre era un completo desconocido. No así, sin embargo, para ellos, para los socialistas.

Salazar trabajaba en Moncloa como responsable de la coordinación institucional de la presidencia del gobierno. Un fiel colaborador de Pedro Sánchez desde que el hoy presidente fue expulsado de la Secretaría General del PSOE e inició su campaña para volver a recuperarla. Un fontanero, en definitiva de confianza del presidente. Era, de hecho, uno de los elegidos por Sánchez para a una secretaría de organización de tres personas que sustituyera a Santos Cerdán. Aquella mañana, Salazar, después de conocerse todas estas informaciones, dimitió de todos sus cargos y dijo que defendería su inocencia. El PSOE activó un canal interno para recoger denuncias anónimas de mujeres que pudiesen haber sido víctimas de algunos de los comportamientos machistas de Salazar. Y unos meses después, Salazar vuelve a ser noticia con el testimonio de dos mujeres que ha publicado Eldiario.es. 

Una de esas mujeres cuenta que la actitud de Salazar era de un baboseo constante. Relata, por ejemplo, que salía del baño, que tenía en su despacho a medio vestir, que se subía a la cremallera cuando llegaba a la mesa donde ella estaba sentada, que en ocasiones simulaba una felación y que su lenguaje era faltón y grosero en todo momento. "Él sabía cuando te incomodaba y lo disfrutaba", relata esta mujer y añade, "si le ponías límites, pagabas las consecuencias". 

"De repente no tenías nada que hacer, llamaba a reuniones a todo el equipo y tú te quedabas fuera o te gritaba sin motivo alguno". La otra trabajadora compartía perfil con su compañera, jóvenes y con dos carreras universitarias, teniendo que aguantar cada mañana a este personaje. "Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote". Cuenta esta chica. "Si te veía mala cara, te preguntaba en mitad de la oficina si habías dormido poco por haber mantenido relaciones sexuales". El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, le ha puesto voz a eso que seguramente estás pensando.

Las denuncias desaparecieron del canal interno del PSOE por un error informático. Ahora dicen que se han puesto en contacto con las afectadas, pero que no van a seguir tramitándose porque Salazar ha pedido su baja en el partido. Algunas informaciones cuentan que este tipo sigue asesorando externamente tanto a Ferraz como a Moncloa. El caso es que los protocolos del PSOE no han funcionado y el partido ha quedado de nuevo retratado con este episodio. La irresponsable manifestación del 8 de marzo en pandemia, las excarcelaciones de violadores por los errores de la famosa ley del solo sí es sí, los fallos en las pulseras antimaltrato, las amigas de Ávalos y compañía y ahora este caso Salazar. Vuelvo al principio, ¿qué le está pasando al PSOE con las mujeres?