De Guinea Conakry a Cazorla. Cuando Juana y Ramón le abrieron la puerta de su casa a Ibrahim

Nos acercamos a la campaña de la aceituna con Jesús Castro, de la Diócesis de Jaén, y con Ibrahim, de Guinea Conakry, que ha sido acogido por Juana y Ramón en su casa.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Estamos en plena campaña de la aceituna en una buena parte de Andalucía. Las lluvias y la nieve han propiciado que la campaña se prolongue hasta finales de febrero. De los que trabajan allí, la mayoría son temporeros y muchos de ellos son migrantes, y en muchas ocasiones la falta de alojamiento complica su situación.

En Jaén, por ejemplo, muchos los albergues permanecen cerrados, como ha confirmado a La Tarde de COPE Jesús Castro, director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Jaén. “La campaña está siendo complicada, porque la red de albergues que permite a los temporeros o han reducido las plazas a la mitad o no han abierto. Estamos en la recta final de la campaña y los chicos no tienen alojamiento al que quedarse y ha provocado mucho sufrimiento a los temporeros”, indica Castro.

“Preveíamos que se iban a producir este tipo de asentamientos pequeños, en obras abandonadas, que no encontraban alquiler... esto se ha repetido en cada campaña, pero este año con la pandemia hemos visto mucho sufrimiento y ha sido muy complicado”, ha relatado el director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Jaén. “Hemos acompañado diferentes casos y a veces te sientes frustrado”, porque hablan con la Administración “y no todas las respuestas han sido satisfactorias”, remarca Jesús Castro.

El no encontrar alojamiento lo ha comprobado directamente Ibrahim. Tiene 19 años y “llevo casi dos años en España” llegado desde Guinea Conackry. Como le ha contado a Fernando de Haro, “de moverme de un lado a otro, sin residencia fija, no he podido cumplir mi sueño de estudiar”. Ha llegado a dormir “en una casa compartida, éramos 16 personas en la casa, y era complicado cocinar o dormir”, relataba en La Tarde de COPE.

En Cazorla ha llegado para trabajar en la campaña de la aceituna y es entonces cuando se ha encontrado con Juana y Ramón, que le han abierto las puertas de su casa.

Juana cuenta que “cuando le conocimos, el primer día, fue un amor a primera vista. Los dos nos dimos cuenta de que estábamos de acuerdo con lo que le íbamos a proponer: aquí tenía su casa y lo que quisiese. Tiene ya su plaza, su instituto, y contentos de que pueda tener un futuro como él quería”.

Ramón, por su parte, le ha detallado a Fernando de Haro de Ibrahim que “día a día nos ha demostrado que es increíble, es un regalo del cielo, un chaval extraordinario, trabajador, honrado, con ganas de vivir, de ayudar a los demás que quiere ser abogado en Derechos Humanos. Estamos aprendiendo mucho de él”.