Foto de Fernando de Haro: “Sobre mesas de borriquetas montones de polos bien ordenados"
La foto del día de Fernando de Haro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Foto de un mercado que estalla en colores y en multitudes. Foto de un mercado al aire libre en una calle atestada de gente que van y vienen buscando una camisa, un pantalón, un “niky” a buen precio. Un río, sobre todo de hombres, que nace en lo alto de una costanilla, desciende hasta hacer una curva delante de la cámara. Y en la foto se huele la piel de los congregados, una piel que huele a especias y a campo, a gallina y a habitaciones pequeñas en las que duerme toda la familia. Las fachadas de las casas exhiben sudaderas verdes, coloradas y rosas. Sobre mesas de borriquetas montones de polos bien ordenados. Y un motorista con casco echa un vistazo y una señora con velo y mascarilla revuelve la mercancía y un anciano muy canijo con una túnica con capucha está pasmado delante del espectáculo del hormiguero enfervorizado de personas que se han echado a la calle a comprar, a que las vean, a mirar, a buscar algún sucedido que contar cuando se eche la noche y empiece el largo rato de charla antes de irse a dormir. Muchos, casi todos, invaden el mercado porque tienen miedo a la muerte, porque buscan un motivo para seguir amando la vida. Un motivo sencillo para amar la vida, para amarla al menos un instante, el motivo escondido en la dulzura de un juguito de mango, en el rumor de la multitud, en un vaso de té muy caliente y con mucha azúcar, en unos calcetines blancos con un logotipo de una marca occidental falsificada. Las gentes de la foto disfrutan de una mañana de mercado por miedo a la muerte, porque necesitan una razón para amar la vida.