La foto de Fernando de Haro: "El faraón reposa paralizado en su inmortalidad"

La foto del día de Fernando de Haro.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Foto muy antigua, de las primeras fotos de la historia. Foto tomada en Menfis, a orillas del Gran Río que crece y decrece, que riega y seca. Unas palmeras muy limpias con un ocre sepia se mueven con elegancia, se cimbrean femeninas, un bosque de plumas con aires del paraiso. Debajo de las palmeras reposa un faraón sepia, un faraón muy grande, muy quieto. Lleva tres mil años reposando, hierático, con una perilla geométrica, con unos ojos congelados en la piedra, con unos labios de los que ya hace mucho tiempo que no cuelgan besos. El faraón reposa en posición de firmes, con los brazos muy pegados al torso, con los puños cerrados, con la mirada vacía hacia el frente. Un faraón inexpresivo, detenido en un gesto que tiene más de 3000 años. Y junto al antiguo rey egipcio paralizado en su inmortalidad sin vida dos pollinos se miran frente a frente. Uno de los burros negro, el otro blanco. Son dos asnos ni pequeños ni grandes, más altos que los burros zamoranos, más bajos que los burros americanos. Las dos acemilas están enjaezadas con guarnicería modesta: cabezada, albardas, sillas sencillas. Los pollinos hacen girar la piedra del molino y dejan la harina lista, los pollinos cargan con las aguaderas y refrescan y dan de beber, los pollinos obedecen cuando el jinete tira de la jáquima y tuercen a la derecha o a la izquierda según quiera el jinete ir a la era o la huerta. Los pollinos no son -ya lo he dicho- ni pequeños, ni peludos, ni suaves. Por fuera no son blandos, se diría que son de cuero seco y de huesos entrenados para el servicio. El faraón reposa paralizado en su inmortalidad sin vida mientras los ve ir y venir.