La foto de Fernando de Haro: " La niñica llora, pero la madre es el rostro del dolor"

La foto que me ha llamado la atención la publican varios diarios y está en internet. Es una instantanea que se ha hecho muy conocida. Es el premio World Preess Photo del año. Era de noche. Era de noche cuando la hizo el fotógrafo estadounidense Jhon Moore. Buena parte de la imagen la ocupa la rueda y la puerta trasera de una camioneta. Una mujer apoya las manos en esa camioneta y extiende los brazos, la mujer es joven, viste unos jeen y unas zapatillas de cordones. La mujer joven apoya las manos en la camioneta mientras otra mujer uniformada, con unos guantes de plástico le registra. Era de noche pero encendieron unos potentes reflectores. Entre la camioneta y las dos mujeres hay una niña con sudadera roja y zapatillas rojas, una niña chiquita, morena, es la única a la que se le ve la cara. Y la niña chica llora desconsolada, con las manos recogidas delante de la tripa, llora con la boca abierta. No sabe lo que está pasando, no sabe porque están registrando a su madre, pero la niña sabe que el metro escaso que les separa es un infinito, porque no la puede tocar, no puede llorar en sus brazos. La niñica llora pero la madre, a la que no le vemos la cara, es el rostro del dolor, que estar delante de la hija y no poder consolarla, que saber que van a separarla de ella le ha hecho envejecer en segundos, ha desencajado su rostro. Mil puñales se le clavan en el pecho. El universo entero se descompone en su interior. Era de noche cuando tomaron la foto. Siempre es de noche cuando pasan estas cosas. Dicen las crónicas que la madre se llama Sandra Sánchez pero estoy convencido de que quisieron ponerle Dolores. Le quisieron poner Dolores para que tuviera una buena Santa Patrona, una buena Santa Patrona que comprendiera el dolor de un prendimiento de noche, el dolor de la separación del hijo. Una buena Santa Patrona, una Santa Patrona que se compadezca del gran dolor, de los grandes dolores.