Este lunes David Carragal, un hombre de 33 años ha fallecido como consecuencia de una brutal paliza propinada por tres jóvenes españoles, el mayor de ellos tenía 23 años. David volvía a casa con dos amigas después de haber disfrutado de su orquesta favorita en las fiestas de la Florida, en Oviedo. La mala suerte quiso que se cruzara con estos tres individuos que, sin ningún pretexto, comenzaron a darle patadas hasta acabar con su vida.

Su muerte ha dejado a Cudillero, su pueblo, destrozado. Diego Carragal, su primo y Carlos Valle, alcalde del municipio, han explicado en "La Noche" de COPE que David era un joven alegre, trabajador y enemigo de las peleas. Estaba preparándose para las oposiciones de las cuales se examinaría este fin de semana y, además, había conseguido una plaza en un colegio en Reino Unido. Un joven amante del deporte cuyo futuro se vio arruinado por la violencia desmesurada de tres jóvenes sin ninguna razón aparente. Sus amigas, que le acompañaban en la vuelta a casa, ni siquiera tuvieron tiempo para reaccionar. Apenas tenían pistas de estos tres individuos pero gracias a la labor de la policía y la ayuda ciudadana han podido localizarles y ahora están detenidos.

Diego y su familia nunca volverán a ver a David ni la sonrisa que le acompañaba siempre. Nadie va a devolvérselo, por eso solo piden que se haga justicia y que se aplique la mayor pena posible a los tres para que la gente violenta como ellos sepan que sus actos tienen unas duras consecuencias y se lo piensen dos veces antes de hacer algo similar.

Una vida acabada y un pueblo y una famila rotos. Es lo que ha dejado la “diversión” de tres jóvenes que salieron esa noche con ganas de hacer daño. Javier Urra, psicólogo clínico, explica que hay personas que son profundamente violentas, y que esta violencia procede de su falta de sensibilidad. Por desgracia estas personas se suelen agrupar y compiten para demostrar su poder haciendo daño a terceros. Para ello buscan cualquier excusa, en el caso de David le pidieron un cigarro, ante la negativa de este, ya que no era fumador, empezaron a golpearle. Javier indica que ante estos casos de violencia, una de las soluciones es sancionales, meterles en prisión para que estén alejados de la sociedad el mayor tiempo posible. Sin embargo, para erradicarlos hay que empezar desde la más temprana educación creando una repulsión ante la violencia y educarles en la sensibilidad.