La cara B del Black Friday: ¿son reales los descuentos de hasta el 40%?

El Black Friday ha llegado un año más y las calles de las principales ciudades, como Madrid, presentan un ambiente animado que anticipa la Navidad. Con un gasto medio que ronda los 230 euros por persona, miles de consumidores buscan las mejores ofertas para adelantar sus compras. Sin embargo, la promesa de grandes descuentos convive con la sombra de la picaresca y las advertencias de los expertos sobre posibles fraudes.

Entre el bullicio, se escuchan historias de todo tipo. Una joven celebra la compra de un top con un supuesto descuento del 40%. Sin embargo, la desconfianza planea en el ambiente. Ella misma reconoce la estrategia de muchas tiendas: "como lo ponen tan caro, pues luego lo rebajan y te sale a precio medio". Esta percepción es compartida por muchos compradores que, a pesar de participar en la jornada de consumo, mantienen una actitud escéptica.

El fraude, una práctica extendida

Los expertos confirman que estas sospechas tienen una base muy real. Victoria Alabajo, profesora de economía de Comillas y experta en consumo, ofrece un dato demoledor extraído de un estudio del propio Ministerio de Consumo: "el 70 por 100 de las ofertas lanzadas en online contienen algún tipo de fraude". Este engaño, explica, no se limita al comercio electrónico, sino que también ocurre en las tiendas físicas, aunque de forma menos cuantificable.

El 70 por 100 de las ofertas lanzadas en online contienen algún tipo de fraude"

Entre las prácticas fraudulentas más comunes se encuentran la subida de precios en los días previos para que el descuento parezca mayor, el uso de cupones engañosos o la prolongación de ofertas que se anuncian como limitadas. Ante esto, Alabajo recomienda a los consumidores "recabar toda la información posible", como pantallazos de los precios, para poder reclamar ante el Ministerio de Consumo u organizaciones como la OCU o FACUA y obtener el reembolso.

La psicología detrás de las compras

Pero, ¿por qué estas campañas son tan eficaces? María Sánchez Valle, catedrática de comunicación de la Universidad CEU San Pablo, explica que se produce un efecto avalancha en el que "ninguno nos queremos quedar fuera". Este fenómeno, conocido como efecto FOMO (miedo a perderse algo), es alimentado por la publicidad y la presión social para aprovechar las supuestas oportunidades.

Ninguno nos queremos quedar fuera"

María Sánchez Valle

Catedrática de comunicación de la Universidad CEU San Pablo

Otro factor psicológico clave es el efecto ancla, que consiste en fijar en la mente un precio anterior más caro para que la oferta actual parezca irrechazable. Según Sánchez Valle, las redes sociales han jugado un papel fundamental en la globalización de esta tradición de consumo estadounidense, facilitando además las compras impulsivas con un solo clic.

Cómo defenderse y comprar con cabeza

La normativa es clara al respecto. César Díaz, técnico del área jurídica de la Federación de Consumidores y Usuarios, recuerda que la ley obliga a que en la etiqueta figure el precio anterior junto al rebajado, debiendo ser este el más bajo de los últimos 30 días. Gracias a la monitorización de precios, el ministerio ha podido sancionar a varias empresas por realizar rebajas falsas.

Ante este panorama, todos los expertos coinciden en una recomendación principal: aplicar la cabeza fría. Aconsejan reflexionar sobre si la compra es una necesidad real o un simple impulso fruto de la presión del momento. Como resume uno de los técnicos, "si realmente necesitas comprar algo está bien que lo compres, pero si no, a lo mejor lo que estás haciendo es más que ahorrar, estás gastando". Un consejo difícil de seguir cuando es casi imposible sustraerse a esta dinámica consumista.