En España se han realizado un total de 5.383 trasplantes de órganos en 2022. Con estas cifras, nuestro país sigue siendo líder en trasplantes a nivel mundial con 113 por cada millón de personas. Esto significa que, de media, cada día hay 7 donantes y se realizan 15 trasplantes. Tanto los donantes como los receptores están registrados en el sistema de la Organización Nacional de Trasplantes, que es la entidad que coordina todo el proceso. Una vez que salta la alerta de que hay un órgano disponible, el engranaje se pone a funcionar. Rocío Vega es la enfermera coordinadora de trasplantes de esta organización y ella se encarga de activar todo el proceso: “Se valora qué órganos se pueden ofrecer o extraer de ese donante a los equipos trasplantadores”, cuenta.

Rocío señala que la distribución viene delimitada por unos criterios que son clínicos, es decir, por urgencia y geográficos. Una vez que se han valorado, el coordinador hospitalario de los trasplantes recibe una llamada por parte de este equipo que le avisa de que hay un donante para uno de sus pacientes.

Coordinación de los hospitales para la operación

Esa llamada la reciben los coordinadores hospitalarios. Una de estas coordinadoras es Micaela Sancho en la Clínica Universidad de Navarra. Sancho cuenta que una vez que recibe esa llamada comienza una carrera a contrarreloj: “Primero llamo al equipo que va a realizar el trasplante para que den el visto bueno según criterios de idoneidad con la persona que va a recibir el órgano”. Una vez que el equipo ha dado su visto bueno las llamadas se encadenan una detrás de otra a los diferentes equipos que participan en el proceso, en total más de 100 personas, explica Sancho. Y, como no podía ser de otro modo: “Llamo a la persona que va a recibir el órgano para darle la gran noticia”, señala.

Una vez que se ha extirpado el órgano o, los órganos, necesitan un tratamiento especial para conservarlo hasta que se implante en el paciente. Eso sí, en ese momento empieza una carrera a contrarreloj porque solo pueden pasar entre 4 y 10 horas como máximo hasta que el paciente reciba este órgano. Los tiempos cambian y, más o menos, un corazón puede conservarse entre 5 o 6 horas, un intestino 6 o 7 y un hígado 8. Francisco Hernández es jefe del programa de trasplante digestivo pediátrico del Hospital de La Paz: “El órgano con una solución de preservación y en una nevera a unos cuatro grados se trasporta hasta que llega al hospital en el que se encuentra el paciente”.

Aunque hay diferentes métodos para su traslado.La coordinación entre equipos es fundamental. Así, mientras un equipo sale a recoger ese órgano, otro está preparando el quirófano para iniciar la operación al paciente receptor.

La generosidad de los donantes

En España se realizan una media de 15 trasplantes como este cada día. 15 operaciones que dan esperanza a personas y familias que, gracias a estos órganos, pueden seguir con sus vidas. Una solidaridad que va en aumento. Vivimos en una sociedad altruista y, la buena noticia, es que cada vez lo somos más. En este año que acaba de terminar hubo 2.196 donantes. Un 15% más que hace un año. Es el caso de personas como José Félix Amo. Su mujer, Ibone, falleció hace 4 años tras una enfermedad autoinmune. Ella era matrona, trabajaba en el ámbito sanitario y esta era su última voluntad: dar vida con su propia vida.

Todo este proceso se produce en un momento muy difícil para la familia, en este caso para José Félix, que en mitad de una nebulosa, roto por el dolor, cumplió con la voluntad de su mujer y tomó la decisión de dar vida, de donar.

El agradecimiento de los receptores

Aunque tomar esta decisión en un momento tan complicado no es fácil, donar los órganos de su mujer le ha dado esperanza porque, de alguna forma, ella vive en esas otras tres personas que han podido seguir viviendo gracias a su hígado, pulmones y corazón. Esa es la misma esperanza que recibió un día Manuel Arellano. Él necesitaba un riñón y gracias a la generosidad de un donante lo consiguió.

Con tan solo 19 años, Manuel estaba pendiente de un riñón nuevo. Hasta ese momento, apareció la diálisis en su vida y todo eran primeras veces. Con esa edad recibir esta noticia es un jarro de agua fría. Manuel vivía cada día con incertidumbre, enfrentándose a las agujas que nunca fueron sus amigas, pero aun así, las ganas de vivir siempre estaban.

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En su caso, la esperanza llegó trece meses después con una llamada un sábado por la mañana. El trasplante fue un éxito y le devolvió una vida plena, activa. Pero, la vida le dio un segundo varapalo. Tras un proceso de quimioterapia, en el año 2009, volvió a necesitar otro trasplante de riñón. Claro, por seguridad después de la quimioterapia, Manuel tuvo que estar 3 años fuera de las listas para recibir un órgano. Eso significa 3 años de diálisis, seguro, y luego volver a pasar una segunda vez por todo el proceso hasta que consiguió un donante seis años después. Manuel tiene claro que la vida le ha dado dos regalos, sus dos trasplantes a los que llama de una forma amable: “bienvenido” y “agradecido”. Agradecido, porque gracias a estos dos donantes ha podido llevar una vida plena, una vida completamente normal.

Historias como estas nos colocan como líderes mundiales en trasplantes, lo somos desde hace 31 años. Una esperanza y una generosidad que van creciendo cada año.