Antonio Herraiz: "La cifra de muertos sigue siendo inasumible"
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La curva de la pandemia en España confirma una noticia esperanzadora. El descenso de positivos comienza a reflejarse, aunque sea de forma muy tímida, en los ingresos hospitalarios y en la ocupación de las UCI. Esto no es un proceso inmediato y de ahí el último dato de fallecimientos. 724 muertes en un solo día, la mayor cifra en una jornada entre semana desde el 8 de abril.
Son datos que continúan siendo inasumibles y, tras los fríos números, hay una historia, con nombre y apellidos, muchas familias rotas y un claro mensaje para los que siguen negando la evidencia. Pero la cifra esperanzadora está en las UCIs, que en las últimas semanas se han situado al borde del colapso.
En el último registro actualizado, ayer había 41 personas menos que el día anterior. Esto se confirma en los datos que han adelantado a lo largo de la mañana de este miércoles las comunidades autónomas. En Galicia, por primera vez desde enero, baja la hospitalización, tanto en planta como en UCI. Y en Cataluña también notan una lenta mejoría. En las últimas horas, han registrado 100 ingresos hospitalarios menos y en sus unidades de cuidados intensivos no han sumado más ingresos que altas. Esto debería traducirse pronto en la mortalidad, que sigue disparada en esta comunidad 112 muertos notificados desde el martes.
Bordeando la muerte ha estado Rommel Chávez. Tiene 40 años, trabaja en la hostelería y en el transporte y vive en Madrid. Es un hombre sano, que no tenía patologías previas, pero que ha estado a punto de morir. Ha permanecido 36 días en coma y la fuerza le llegaba pensando en su bebé y en poder reencontrarse con él: “Según los médicos no iba ni para atrás ni para delante, y claro decidieron hasta desconectarme. Es cuando tuve el sueño empecé a recuperar el ánimo y las ganas de salir y levantarme”. La buena noticia es que Rommel ya está trabajando y ese es el mejor indicador de su recuperación.
Hablando de Trabajo hoy ha estado en COPE el ministro de Seguridad Social. Es José Luis Escrivá, que forma junto a Nadia Calviño y Margarita Robles, ese frente del Gobierno que goza de menos simpatía entre sus socios de Podemos. A Escrivá, Carlos Herrera le ha preguntado por pensiones. Aquí no se ha salido del discurso habitual que pasa por garantizar el poder adquisitivo. Eso es fácil de decirlo pero ante un problema tan complejo, complicado de garantizarlo. Y también se ha puesto sobre la mesa un debate que vuelve a salir de vez en cuando: la jornada laboral de cuatro días. El ministro no es partidario: “No me convence, pero no me parece mal que en políticas públicas se experimente”. No le convence, pero el ensayo, el experimento va a costar 50 millones de euros. Es un nuevo peaje que tienen que pagar en el gobierno ante la presión que les han dado desde Más Madrid.