Herraiz:"A Iglesias le pierden las ansias y, si fuera por él, nacionalizaría las empresas de cualquier sitio"
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El comienzo de semana y de mes confirma la tendencia de los últimos días, que queda reflejado en el informe COPE de este lunes. Aunque si analizamos caso por caso, en la evolución de la pandemia hay matices, la incidencia acumulada, que es la tasa de contagios sigue bajando. Hoy en España está en 886 y todo apunta a que descenderá en la actualización que haga esta tarde el Ministerio de Sanidad.
También baja la tasa de positividad, que es el porcentaje que resulta tras relacionar el número de pruebas con el número de contagios que se detectan. Hoy está en el 15,57% cuando el 21 de enero era dos puntos por encima. Ya digo que hay matices y por eso hay que fijarse en dos comunidades, en la comunidad valenciana y en Castilla-La Mancha, que también mejoran, aunque su positividad es casi el doble de la media.
¿Dónde sigue lo peor? En la presión hospitalaria, porque, aunque se detecte un descenso de contagios, tarda en traducirse en los hospitales y, sobre todo, en las UCI. En Teruel , en Cataluña también, hoy se han visto obligados a cancelar las cirugías. En Sevilla ha reabierto el antiguo hospital militar que solo cuenta con pacientes Covid y en Badalona hoy ha abierto un hospital satélite con 100 camas UCI solo para enfermos con coronavirus que se ha levantado en 4 meses.
Esta es ahora mismo la foto fija del momento y lo corroboran los datos que han ido adelantando las comunidades autónomas. Por ejemplo, Galicia. Han detectado 250 positivos menos que el día anterior, baja el número de casos activos por primera vez en 15 días, pero crece la hospitalización, tanto en planta como en UCI. Una situación que se repite en Cataluña, donde también hay menos positivos pero más ingresados en planta.
Hay que esperar para comprobar cómo evoluciona la semana y, sobre todo, no relajarse. Hay que tener en cuenta que si la situación vuelve a empeorar, la única responsabilidad será tuya y mía, nunca de Sanidad.
Y la noticia de este principio de mes es la aparición del vicepresidente Pablo Iglesias. Ya sabes que el líder de Podemos no pierde la oportunidad para colocarse medallas. Pero cuando la cosa se revuelve, regresa a la madriguera como si no fuera con él. En pleno debate sobre la falta de vacunas, la vena oportunista de Iglesias ha salido con un clásico: nacionalizar, en este caso a las farmacéuticas. Esto ha comentado:”Si yo tuviera el poder político necesario para asegurar que el derecho a la salud se garantiza y eso implica hacer nacionalizaciones, no me temblaría el pulso. Lo que pasa es que uno tiene que saber con el poder con el que cuenta. Y yo lo que tengo son 35 diputados”
Es uno de los mantras de la izquierda radical. Nacionalizar las empresas privadas para controlarlas a su antojo. Al margen de la conveniencia o no, que ahora mismo hubiera sido un gran lastre para el desarrollo de la vacuna, es que directamente no lo puede hacer porque son compañías instaladas en países fuera de España. Le pierden las ansias y si por el fuera nacionalizaría empresas de Bélgica o de Reino Unido.