Se cumplen 46 años de la masacre de Munich. La madrugada del 4 de septiembre de 1972 un grupo irrumpió en la Villa Olímpica de la ciudad alemana y tomó de rehenes a once atletas israelíes. Durante las primeras horas del secuestro fueron asesinados dos de ellos. Años después se supo que fueron previamente torturados antes de ser asesinados a balazos.
“Este ataque terrorista pasó a la historia” cuenta el profesor. Los terroristas palestinos solicitaban la liberación de 234 de sus compañeros que estaban en cárceles de Israel y el plan era escapar con los rehenes a Egipto. Negociaron la salida de la Villa Olímpica y se dirigieron a un aeropuerto militar en las afueras de la ciudad. Pidieron dos helicópteros para escapar y cuando iban a conseguirlo, la policía alemana abrió fuego y los rehenes fueron asesinados por sus captores. “Fueron ayudados por otros atletas pensando que ellos también eran participantes” dice Sáenz Francés. Los Juegos Olímpicos continuaron por una mala información que indicaba que los rehenes fueron liberados sanos y salvos.
“Para Alemania fue una situación tremenda”. El mundo reaccionó conmovido por la masacre y más aún tratándose de los Juegos Olímpicos, la justa deportiva cuya esencia es la paz y la fraternidad entre los pueblos a través del deporte.
El profesor Emilio Sáenz Francés concluye que tras años de investigación se ha podido constatar que “elementos de extrema derecha colaboraron con los terroristas”