Ángel Expósito recuerda su visita a Irak: "No pudimos pisar la Iglesia porque estaba minada"

El director de 'La Linterna', Ángel Expósito, habla sobre la visita del Papa a Irak y su experiencia personal en ese país

@expositocope

Director de 'La Linterna'

Madrid

Tiempo de lectura: 1' Actualizado 19:19

Sin duda, el viaje del Papa a Irak es un viaje para la historia.

En pocos lugares del mundo, como en Irak, se pueden resumir la guerra, el terrorismo, la geoestrategia y la persecución a los cristianos.

Yo he tenido la suerte de viajar a Nayaf, Diwaniya, Babilonia, Bagdad, Erbil, Karakosh, Mosul. Y te puedo asegurar que Irak es uno de esos países increíbles, entre otras cosas, porque allí, entre el Eufrates y el Tigris, en Mesopotamia empezó todo.

El Papa visita Nayaf dónde se encuentra el cementerio chiita más grande del mundo. Ver esa cúpula dorada desde un helicóptero es inolvidable.

No olvidaremos jamás aquel programa en un búnker de Bagdad acogidos por boinas verdes del Ejército de Tierra y de la fuerza de guerra naval especial.

Y las lágrimas en aquel primer campo de refugiados cerca de la frontera de Irán y Karakosh. Donde no pudimos pisar la Iglesia porque estaba minada para reventarnos a cualquiera que pasáramos territorio infiel. Aquel escenario de masacre y destrucción total es imborrable.

Y me queda Mosul. Donde vimos la columna de bombas de la aviación norteamericana días antes de derrotar al Daesh. Donde cruzamos el río Tigris y vimos camillas rebosando sangre de miembros amputados por el Daesh.

Y jamás podré olvidar aquella primera patrulla con el capitán legionario Cantón en Diwaniya, aquel despegue nocturno de Bagdad con el general Martínez Isidoro o los check points a la salida de Erbil. Ni aquel crío al que le vestí con una equipación del Real Madrid en un campo de refugiados.

Pues allí, en esos teatros de operaciones que decían nuestros boinas verdes, se planta el Papa. Allí donde empezó todo. Allí donde todo continúa aunque no queramos verlo.