Una hermana dominica en Kiev relata cómo uno de sus alumnos se marchó a la guerra: "Estuvo a punto de morir"
El director de La Linterna comparte una charla y una comida con María, María Jesús y Antonia, tres hermanas dominicas en Kiev cuya misión es cuidar a los niños más pequeños
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un par de semanas antes de que Putin ordenara invadir Ucrania, Ángel Expósito visitó Kiev y lo que se encontró fue un auténtico milagro. Tres monjitas: María, María Jesús y Antonia. Tres mujeres cuya misión era, y es, trabajar con los niños más pequeños. La primera vez que las visitó, a pesar del COVID, asistían a unos 120 niños, y en condiciones normales llegaron a tener más de 200. Esta Casa de los Niños que gestionaban ellas era un auténtico jardín de infancia.
Aquí los niños más pequeños de este barrio de Kiev aprendían mientras sus padres trabajaban. El director de La Linterna les preguntó que era lo que necesitaban, y no dudaron en hacer una petición: una caldera y un ascensor. Y lo consiguieron gracias a los oyentes de COPE. Desgraciadamente, cuando comenzó la invasión tuvieron marcharse. Las sacaron los GEOS y se fueron con un enorme dolor de corazón porque dejaban su casa y sus niños. Hace dos meses pudieron regresar y, hoy, Ángel Expósito ha comido con ellas.
Tras pasar 14 meses en España, las tres hermanas dominicas llevan dos meses en Kiev desde su regreso. María relata cómo fue ese recibimiento: “El primer día que tuvimos reunión de padres vinieron también niños. Esos encuentros han sido algo impresionante porque era volvernos a ver”, describe con la voz entrecortada pro la emoción. “Ha sido tan profundo, tan íntimo... La niña más pequeña, al verme, me abrazaba y se cogía a mi cuello. Me rompía porque no era solo conmigo, era con todas, porque lo que tocas es el fondo del corazón y cuando haces esto, eso es sagrado”.
Iván, de criarse con las hermanas dominicas a luchar en el frente
María se emociona al recordar el abrazo de esa niña, pero más tremendo es escuchar a María Jesús, relatar la visita de Iván, uno de los niños que se criaron en esta casa y que hoy, con 26 años, es sargento del Ejército y, desgraciadamente, está luchando en el frente y ha estado a punto de morir en dos ocasiones: “Este chico estuvo, desde pequeño, en una ONG en España de acogida, en Valladolid, y ha tenido mucho contacto con nosotras. Al terminar bachillerato decidió meterse en el Ejército. Él está desde el principio en la guerra y en dos ocasiones ha sido herido muy grave”. Cuando Iván se enteró de que las hermanas dominicas estaban de regreso a Ucrania, solicitó unos días libres para ir a visitarlas: “Él decía que no tenía fe. No entiende cómo puede ser que los que estaban a su alrededor hayan muerto y que él se quedara ahí. No sabe qué hacer y lo único que sabe es que hay que sobrevivir”. María Jesús describe el miedo que tienen a estar bajo las garras del soviet.
Y, finalmente, Antonia. Una mujer que, aunque te parezca mentira, asegura ser feliz en Ucrania, en su casa, con 83 años: “Mi familia de España me pregunta cuándo me voy a jubilar, pero aquí estoy, feliz”. Reproduce el audio para escuchar los testimonios completos de las hermanas dominicas.