Quiénes son Combat 18, el grupo neonazi: su origen, cómo se financian y el país que los impulsó

Policía y los Mossos d' Esquadra han desarticulado la rama española del grupo supremacista con la detención de 16 de sus miembros

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Combat 18 es un grupo neonazi, considerado el brazo armado de 'Blood and Honour', una organización ultraderechista ilegalizada en 2010. La Policía y los Mossos d' Esquadra han desarticulado su rama española con la detención de 16 de sus miembros en cinco comunidades y ha evitado además que se pueda extender por el resto de España.

La operación fue sobre todo preventiva pero la actividad de los grupos neonazis es vista con máxima preocupación no solo en España, sino en el resto de Europa y también Iberoamérica. Combat 18, de hecho, tenía contactos con sus colegas de otros países y según el análisis de los investigadores que pasara a la acción era solo cuestión de tiempo. Pero, ¿cómo se financiaban? ¿Qué país les impulsó y cuál es su origen?

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El origen de Combat 18

Combat 18 son neonazis, pero no unos cualquiera, tanto por la edad, porque todos tienen entre 30 y 45 años, como por el hechos de que ya habían formado parte de otros grupos ultras, de los que salieron por la frustración que les suponía no haber pasado a la acción. Así lo contaba este lunes en La Linterna el periodista de ABC especializado en sucesos, Pablo Muñoz.

Y es que el 'brazo armado' de Blood and Honour era, en este sentido, su última oportunidad de 'salvar' a España. “Por tanto, son gente adulta, “con callo”, alejada del estereotipo del chaval ultra descerebrado en busca de emociones fuertes”, explica el colaborador en COPE. “Tenían una larga trayectoria en grupos neonazis, eran vecinos de barriadas obreras y algunos trabajaban”. Fueron detenidos en varios puntos de Cataluña, Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía y Galicia.

Explica Muñoz que fueron detectados en octubre del año pasado, gracias al control permanente que se mantiene sobre las tramas ultras, “y de forma muy especial sobre aquellos que tienen una trayectoria detrás”. Ese mes se detectaron reuniones, contactos llamativos a través de redes sociales, exhibición de cierta simbología fascista y asistencia a eventos en los que desplegaban mucha actividad para captar adeptos.

El país con el que tenían vínculos

En conjunto, todo ello dibujaba un cuadro que hacía pensar en que se estaba ante el germen de una nueva organización supremacista y violenta en España. Además, pronto se conoció otro dato clave: los que se perfilaban como cabecillas, que como hemos dicho eran viejos conocidos de la Policía, tenían contactos frecuentes con elementos neonazis franceses. Es más; se comprobó que estos individuos habían sido los que animaron a sus colegas españoles a crear aquí Combat 18, e incluso financiaron sus primeros pasos.

No obstante, tenían más conexiones internacionales, como explica Muñoz. A lo largo de la investigación se vio que los ultras franceses habían viajado a España para reunirse con sus colegas, y éstos devolvieron la visita. “También se han detectado contactos con neonazis de Ecuador, Argentina, Suecia y Reino Unido”, apunta.

“Poco a poco los que estaban aquí reclutaron gente de su confianza y conformaron una organización jerarquizada, con un presidente –así denominan al jefe–, un vicepresidente, tesorero, teniente, sargento de armas –encargado de disciplinar a los nuevos– y soldados. Todos fueron neutralizados de la semana pasada. Los líderes estaban en Cataluña pero ya habían entrado en una fase de expansión por el resto de España. De ahí que haya detenidos en cinco comunidades y que varios se dedicaran a captar a correligionarios en sus zonas de origen”, comenta.

Además, entre los 16 detenidos hay tres mujeres y, al contrario que en las células yihadistas, en el caso de Combat 18 las tres mujeres detenidas, todas ellas en Cataluña, jugaban un papel muy relevante. “De hecho una disputaba el liderazgo a uno de los hombres, con el que además había tenido una relación en el pasado. Pero sabían separar los vínculos emocionales del funcionamiento del grupo”.

Cómo se financiaban

El grupo ya era una realidad, pero tenía algunos problemas que trataban de resolver. El del liderazgo, como ya te he comentado, era uno y se derivaba que uno de los jefes apostaba por una línea más dura que su competidor; pero también les faltaba reclutar más soldados para poder consolidarse en todo el territorio nacional; hacerse con armas y explosivos con los que perpetrar atentados y conseguir una financiación estable y suficiente para sus objetivos.

Las armas y explosivos los habían intentado comprar, sin éxito, así que lo que almacenaban eran decenas de armas blancas, armas cortas simuladas y también largas de aire comprimido. Ahora hay que ver si están modificadas para poder disparar proyectiles. También contaban con un manual de explosivos, propaganda...

En cuanto a la financiación, los que podían pagaban cuotas que variaban en función de su capacidad económica, alguno había recurrido al trapicheo de drogas y, sobre todo, sacaban dinero del 'merchandaising': es decir, con la venta cazadoras, camisetas, escudos... Todo ello con simbología nazi que vendían a simpatizantes en los eventos que organizaban, como reuniones, citas, foros o conciertos. En cualquier caso, no movían grandes cantidades de dinero.

¿La ultraderecha es una amenaza para la seguridad?

En el tiempo que ha durado la investigación sólo se ha podido acreditar un ataque de un miembro de Combat 18, sufrido por un indigente de origen magrebí. Además, hablaban de «salir esta noche a limpiar» o de «caza», y es posible que hayan hecho más acciones de este tipo, pero la Policía no lo puede asegurar.

Según el periodista de ABC, hablaban también de atentar contra mezquitas, sinagogas y locales de partidos de extrema izquierda, agredir a inmigrantes y también a personas del colectivo LGTBI. Por supuesto, estaban felices con la brutal matanza terrorista de Hamás en Israel, aunque a la organización terrorista palestina solo la ven como una herramienta para acabar con el estado hebreo, porque por supuesto detestan y combaten a los musulmanes.

Sobre el posible ascenso de la supremacía de ultraderecha, Muñoz asegura que “el terrorismo de extrema derecha preocupa, y mucho, en los países occidentales”. “Hasta ahora España era una isla porque los grupos ultras eran muy pequeños y tenían problemas de liderazgo, lo que les llevaba a la desaparición en poco tiempo”, asegura.

Por eso ha sorprendido la irrupción de un grupo tan violento como Combat 18. La Comisaría General de Información de la Policía está muy encima de estos elementos neonazis y genera mucha Inteligencia sobre ellos, como se ha demostrado ahora. Sin duda, es un problema de seguridad nacional, pero los investigadores explican que «están en alerta, aunque no alarmados», porque los tienen muy controlados.