Mario Alcudia: "Contemplar el misterio desde la atrocidad de la guerra"
Mario Alcudia reflexiona en su monólogo sobre esta Navidad en Tierra Santa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta semana, a través del excelente trabajo de nuestros compañeros de La Tarde de COPE con Fernando de Haro al frente, con el que por cierto te adelanto ya hablaremos a eso de las once y diez en esta Linterna de la Iglesia, hemos sido testigos de la durísima situación que se vive en la Tierra del Señor en estos días. El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pizzaballa, recordaba en estos micrófonos a las más de 19.500 personas muertas ya en la Franja de Gaza desde el inicio de este enfrentamiento. Se refería de forma especial a la muerte de dos mujeres, Naheda y Samar, asesinadas por francotiradores junto a la parroquia de la Sagrada Familia el pasado fin de semana, convertida en una especie de campo de refugiados con más de 750 personas, con cuyo párroco, seguro que has escuchado, el Papa mantiene contacto constante para seguir de primera mano lo que acontece y trasladar su cercanía y solidaridad a esta pequeña comunidad católica.
El patriarca latino de Jerusalén recordaba además que estos días se ha renunciado a todos los eventos públicos en un contexto de guerra para todos. Será una Navidad de tono bajo, herida por tanto dolor, con tan solo las celebraciones litúrgicas para conmemorar el acontecimiento más importante para los cristianos, el nacimiento de Jesús.
Ante esta Navidad de luto y dolor que vivirá Tierra Santa sin peregrinos, sin celebraciones, desgarrada por la guerra, el Papa invoca la cercanía de todos que expresamos en oración y en ayudas concretas, porque como decía Francisco estos días, “no queremos dejarles solos. El sufrimiento de Belén es una herida abierta para el mundo entero.”
De hecho, esta mismo viernes, enviado por el Papa, ha llegado hasta Tierra Santa el cardenal Konrad Krajewski como signo concreto de su participación en el sufrimiento de quienes están experimentando personalmente las consecuencias de la guerra". Allí el limosnero vaticano, que el año pasado estuvo en Ucrania, llevará cabo una gran oración junto con el Patriarca latino de Jerusalén y toda la Iglesia local, "para celebrar el nacimiento de Jesús, príncipe de la paz y única esperanza del mundo.
La ayuda humana junto a la oración, dice el padre Gabriel Romanelli, llenan de fuerza y esperanza a una comunidad que, en tiempos de guerra, sigue más unida que nunca. Cuenta, además, que en la celebración de cada Eucaristía, en el silencio de la adoración eucarística o en el rezo del Rosario intentan poner el corazón en las cosas del cielo y por cada bomba que resuena, elevan una oración a Dios para que acoja la almas de esas pobres víctimas. Esta Navidad, al Niño Jesús, el Príncipe de la Paz que volverá a nacer, bajo los escombros de la castigada tierra de Cisjordania, le pedimos esa Paz que desde luego solo puede venirnos de lo Alto.
Bienvenido a La Linterna de la Iglesia, te saluda Mario Alcudia en este viernes 22 de diciembre.