Isabel y Aurora, una historia de acompañamiento intergeneracional
En 'La Linterna de la Iglesia' nos acercamos hasta la residencia de las Hermanitas de los Pobres de Málaga para conocer un programa de voluntariado de jóvenes
Madrid - Publicado el
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España es uno de los países más envejecidos del mundo. Tenemos una edad media que no deja de crecer (está ya casi en 45 años) y ya son más de 9 millones de personas las que han superado los 65 años. En 'La Linterna de la Iglesia' hemos conocido el caso de Aurora e Isabel, una joven voluntaria de 15 años y una de los 64 residentes de la Casa de las Hermanitas de los Pobres de Málaga, junto a la estación de tren María Zambrano.
Aurora acaba de terminar 3º de la ESO en el Colegio Loyola de Sevilla y este verano ha pasado dos semanas de voluntariado en este centro acompañando a mayores como Isabel. Salir a pasear, hacer gimnasia... son actividades para las que los mayores de este centro necesitan la compañía de voluntarios como Aurora. Ahí es donde se produce un intercambio maravilloso: unos aportan esa vitalidad de la juventud y otros dan su sabiduría y sus consejos.
Isabel es una de los 71.000 mayores que viven en las residencias que tiene la Iglesia por toda España. Ella lleva 8 años en esta Casa de las Hermanitas de los Pobres. Ella misma fue la que pidió entrar en el centro cuando comenzó con algunos problemas de salud hace unos años. En aquel momento, vivía sola en su casa, así que ahora está encantada de poder hacerlo en compañía del resto de residentes y de las hermanas. Nació en Gibraltar, pero ha vivido muchos años en Málaga. Ahora lo que disfruta mucho es la compañía de los jóvenes. Dice Isabel que es muy importante mantener el vínculo con los jóvenes y que no está de acuerdo con el mal concepto que tiene de ellos parte de la sociedad.
Isabel tiene 2 hijos y 4 nietos. Todos los días habla con alguno de ellos, pero no los ve tan frecuentemente como a ella le gustaría, por eso para ella es tan importante la labor de acompañamiento que hacen los voluntarios de su centro. Como dice Aurora, si no dedicase este tiempo a los mayores de esta residencia de Málaga, lo estaría malgastando viendo la tele o echando la siesta.
Esta bonita relación que se establece entre nuestros jóvenes y nuestros mayores se ha dado gracias a las Hermanitas de los Pobres, que han hecho posible que se llevara a cabo este voluntariado.