La educación diferenciada por sexo es un modelo pedagógico presente en la mayoría de países de nuestro entorno. Por ejemplo, en Australia, allí en la mitad de los colegios se utilizan este modelo. En Gran Bretaña, los primeros siete colegios con mejores resultados académicos son de educación diferenciada. Y en Estados Unidos, el Single Sex Education, es una lección cada vez más frecuente.

¿Pero qué hay de España? Aquí dos de cada mil alumnos van a un colegio de diferenciación por sexo. Es un 0,17%. ¿Por qué en España no apostamos por este modelo de enseñanza? En primer lugar, porque los padres que deseen este modelo, tienen que pagárselo de su bolsillo, ya que hay quienes consideran que es un modelo anacrónico que no favorece la igualdad entre hombres y mujeres.

Alfonso Aguiló es ingeniero de caminos y presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE). En 'Herrera en COPE' ha señalado que "nos parece importante no es tanto un modelo como otro, sino que hay una pluralidad de oferta". Así las cosas, considera que "vivimos en una sociedad plural y queremos una pluralidad de partidos políticos, de sindicatos, de medios de comunicación y, por supuesto, también de escuelas".

"Nos parece importante no es tanto un modelo como otro, sino que hay una pluralidad de oferta. Vivimos en una sociedad plural y queremos una pluralidad de partidos políticos, de sindicatos, de medios de comunicación y, por supuesto, también de escuelas", ha asegurado. Una pluralidad, ha agregado, que debería "imperar en una sociedad democrática".

Por su parte, Ana Roa es pedagoga, especialista en educación infantil y coordinadora de pedagogía en el Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid y ha apuntado que pese a ser más partidaria de la educación mixta porque "implica, de alguna manera, mayor empatía por los diferentes grupos sociales", defiende la educación diferenciada como un "punto de vista".

"Los chicos, las chicas, los niños, las niñas que viven en un centro mixto tienen más facilidad para, dentro de esas aulas inclusivas y diversas, contemplar todos los sistemas educativos y todos los mundos. Es cierto que, de alguna manera, la educación mixta propicia una educación, bajo mi punto de vista, más igualitaria porque se enfoca mucho, mucho en las capacidades tanto de los niños como de las niñas. Y no se limitan esas actividades por cuestión de género, sino que todos tienen ese acceso a la vida de la misma manera", ha subrayado Roa.