Herrera, sobre la tardanza de Sánchez: "Qué diferencia con Zapatero, al que abucheaban pero tenía fairplay"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Señoras, señores, me alegro. Buenos días.
Cuánto me alegro de saludarles, damas y caballeros, porque son las 08:00 de la mañana. Por varias cosas, porque es 13 de octubre, porque es jueves, porque están despiertos y vivos. Un detalle no menor. Y porque entre todos enfocamos ya este día de hoy recordando lo que ayer fue, el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional y de la Fiesta Nacional, que se vio caracterizada por varias circunstancias, si quieren ustedes más o menos anecdóticas. Pero calificatorias de determinados personajes a los que oiga, se justifica plenamente el tono sanamente crítico que a veces utilizamos en este programa y en otros de la casa para con la persona del presidente del Gobierno.
Yo no sé si ha quedado claro, después de lo de ayer, que nunca España tuvo un presidente del Gobierno tan absolutamente desahogado como Pedro Sánchez, que fue capaz de hacer esperar al Jefe del Estado y a su esposa, a los Reyes, en su coche, en su Rolls, dentro del coche, a que él llegara con sus... santa pachorra, para de esa manera evitar estar tres o cuatro minutos de pie, esperando, habiendo saludado a las autoridades y aguantando el chaparrón de abucheos y algún que otro insulto de mal gusto, por cierto, siempre reprobable, que le cayó ayer a Pedro Sánchez.
Ser abucheado es algo que él no concibe, no le entra en su cabeza. Pero cómo a mí, que soy tan guapo y tan alto y que miro tanto por la clase media trabajadora y que planteo tantos proyectos solidarios y estoy contra el cambio climático y a favor de la blablablá. ¿Cómo me abuchean a mí? Bueno, pues sí. Para intentar evitarlo, pongo en una tesitura inadecuada o irrazonable al jefe del Estado, pues le pongo y además no saludo a las autoridades.