Diego Garrocho, filósofo: "En ocasiones caracterizamos la corrupción de forma jocosa o que subraya la condición cómica; acuérdate de Jesús Gil, que era un corrupto probado, pero generaba una forma de simpatía"
El filósofo Diego analiza en 'Herrera en COPE' las causas históricas y culturales que convierten la corrupción en una de las grandes preocupaciones de los españoles
El filósofo Diego Garrocho
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Aunque el último barómetro del CIS señala la vivienda como el principal problema para los españoles, las siguientes preocupaciones en la lista están directamente relacionadas con la clase política: los problemas políticos en general, la corrupción y el fraude. Un tema que ha sido analizado en el programa Herrera en COPE, donde el periodista Jorge Bustos ha profundizado en este concepto junto al filósofo Diego Garrocho en la sección ‘Laboratorio de ideas’.
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La corrupción, por Diego Garrocho | Laboratorio de Ideas
El origen del concepto
El filósofo Diego Garrocho explica que para entender qué es la corrupción hay que acudir a su etimología. El término latino corruptio remite al verbo "romper, quebrar, despedazarse". De esta forma, "aquel que se corrompe se despedaza, deja de ser aquel que era", señala Garrocho, recordando un título de Aristóteles, ‘degenerative et corruptione’.
Aquel que se corrompe se despedaza, deja de ser aquel que era"
Filósofo
¿Somos los españoles más corruptos?
Existe una constante en los países mediterráneos como Italia, Grecia y España, donde hay una "especial autoconciencia de la corrupción". Garrocho apunta que incluso se acuñan virtudes vinculadas a ella, como la astucia o la picaresca. Según el indicador de Transparencia Internacional, España obtiene un índice de 56 sobre 100 (siendo 100 un gobierno muy limpio), lo que nos sitúa a mitad de tabla. Sin embargo, en otra clasificación el país ocupa el puesto 146 de 180.
En España existe una fuerte tradición literaria, que se remonta al Siglo de Oro, vinculada a la corrupción: la picaresca. Obras como Lázaro de Tormes, el Buscón o Rinconete y Cortadillo han provocado que, en ocasiones, "se dulcifique la imagen de la corrupción", caracterizándola de forma jocosa. Figuras más recientes como Ruiz Mateos o Jesús Gil, corruptos probados, generaban cierta simpatía.
El expresidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil
Este tratamiento tiene un riesgo, y es que, como advierte el filósofo, "esa pátina de comicidad en el fondo hace que no seamos conscientes de la gravedad de estos hechos". Esta percepción puede volver a la sociedad más comprensiva ante un delito que, en realidad, tiene graves consecuencias.
Esa pátina de comicidad en el fondo hace que no seamos conscientes de la gravedad de estos hechos"
Filósofo
Las tres causas clásicas de la corrupción
La corrupción, sin embargo, no es un fenómeno moderno ni exclusivamente español. Ya en los clásicos grecolatinos se abordaba. Garrocho recuerda que autores como Platón, Cicerón o Salustio reconocían tres elementos o causas que conducen a ella. La primera, y más obvia, es el dinero. La segunda es el sexo o el apetito de placer. Y la tercera tentación es la ambición por los honores y el poder.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.