"Muchos de los que cometieron asesinatos a finales de los 70-80 se escaparon y, en aquella época, con el Código Penal del franquismo, las prescripciones tenían un límite de 20 años"

Marcial Píriz, exjefe antiterrorista, analiza en 'Herrera en COPE' el relato de ETA, el auge de nuevos radicalismos y el poder desestabilizador del crimen organizado

Paola Albaladejo

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El comisario principal de la Policía Nacional Marcial Píriz, recién jubilado tras una vida dedicada a la lucha antiterrorista, ha analizado la situación actual de la seguridad en España en una entrevista con Sergio Barbosa en el programa 'Herrera en COPE'. Píriz, que fue jefe de la Unidad Central en la comisaría de información, ha desgranado su visión sobre el estado de la banda terrorista ETA y, sobre todo, las nuevas amenazas que afronta el país.

La batalla por el relato de ETA

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En cuanto a la lucha contra ETA, Píriz considera que las fuerzas de seguridad cumplieron con su trabajo al neutralizar a la organización. “Nosotros las fuerzas y cuerpos de seguridad, servicios de información e inteligencia, cumplimos con nuestra parte del trabajo, es decir, neutralizamos y acabamos con la organización terrorista ETA”, ha afirmado, desvinculando esa labor de las posteriores decisiones judiciales y políticas.

Píriz ha calificado como “absolutamente erróneo” el dato extendido de que existen más de 370 crímenes de ETA sin resolver. Según el excomisario, “entre el 80 y el 90 por 100 de los casos de los asesinatos perpetrados por la organización criminal, sabemos quiénes los perpetraron”. Atribuye la dificultad para lograr condenas a factores como la ley de amnistía de 1977, la fuga de terroristas a Iberoamérica y los plazos de prescripción de 20 años que contemplaba el Código Penal de 1973.

Lugar donde en 1978 se  perpetraba el asesinato en atentado de la banda terrorista ETA de Luis Candendo Pérez, trabajador de la siderometalurgia.

Pese a la derrota operativa de la banda, el exjefe antiterrorista cree que la batalla por la narrativa se está perdiendo. “La organización fue neutralizada por la fuerza de grupo de seguridad y por el poder judicial, pero ahora estamos en otro estadio”, ha señalado. En su opinión, el antiguo Movimiento de Liberación Nacional Vasco “está consiguiendo vencer” en la construcción del relato actual. Aun así, ha sido tajante al afirmar que la banda no resurgirá: “La organización no existe ni va a volver a existir, por lo menos, tal como nosotros lo hemos conocido”.

La organización no existe ni va a volver a existir"

El siglo de la radicalización y las nuevas violencias

Respecto a los recientes brotes de violencia callejera en el País Vasco, Píriz descarta que se trate de la antigua kale borroka, que define como “una herramienta que diseñó ETA”. Lo describe como un nuevo fenómeno de una juventud radicalizada “más internacionalista, más comunista”, acorde a los tiempos actuales.

Europa Press

Kale borroka en Pamplona

Para el excomisario, estos movimientos son un síntoma de una tendencia global. “Yo soy de los que creo que el siglo XXI se va a caracterizar por ser el siglo de la de la radicalización, de los radicalismos”, ha sentenciado. Aunque considera que España tiene un “bajo nivel de radicalización” en comparación con los países de su entorno, advierte de que este va aumentando paulatinamente.

El siglo XXI se va a caracterizar por ser el siglo de la radicalización"

Marcial Píriz

Píriz ha enumerado fenómenos preocupantes como el aceleracionismo (del que se desarticuló una célula en España hace un mes), el ecoextremismo o la violencia de los grupos ultradeportivos, que en ocasiones convergen con la delincuencia común y el crimen organizado.

El crimen organizado como principal desafío

Con todo, la mayor preocupación para Marcial Píriz es el crimen organizado transnacional. Lo considera “el fenómeno más preocupante hoy en día, no solamente para España, sino para todo occidente”, situándolo por encima del terrorismo yihadista por su “capacidad de desestabilización del estado y de sus instituciones”.

El poder de estas mafias es tal que, según Píriz, son instrumentalizadas por actores externos. “Existen numerosos estados hostiles que aprovechan coyunturas en occidente para penetrar y perforar nuestras instituciones”, ha explicado. En este sentido, ha concluido que “el crimen organizado, en ocasiones, es utilizado como proxy”, poniendo como ejemplo el reciente intento de asesinato de Alejo Vidal-Quadras.

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