"Llámame loco pero yo sospecho que los españoles de 2025 tienen problemas bastante más acuciantes que la autoría del 11M"
Jorge Bustos repasa en Herrera en COPE los temas más candentes del otoño político y señala que en realidad podríamos estar "en precampaña electoral"
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¿Sabes que la palabra otoño viene del latín del término 'autumnus'. que significa algo así como plenitud del año, porque los romanos pensaban que el otoño marcaba efectivamente el momento álgido del ciclo anual, el momento en el que las plantas alcanzaban su pico de esplendor justo antes de iniciar su declive. Las vides, por ejemplo, las vides que los romanos cultivaron por todo el territorio del del imperio son el mejor ejemplo. La vendimia se hace ahora en septiembre, aunque hoy, bueno, nuestros viticultores, nuestros bodegueros saben bien desde hace tiempo que con esto del cambio climático la vendimia se adelanta semanas incluso. Bueno, pues en política ocurre un poco lo mismo. La actualidad ya no descansa ni en agosto, y cuando entra septiembre la agenda política ya está saturada, se reactiva la maquinaria del parlamento, el calendario judicial en los tribunales, los mtines de fin de semana, los escándalos casi cotidianos y ya es un tópico hablar del otoño caliente, ¿verdad?
Porque últimamente todos los otoños son calientes. Bueno, el más caliente de todos fue en 2017, como recordarás, la recta final del procés y el referéndum de independencia del 1 de octubre. Pero a este otoño de 2025 tampoco le va a faltar intensidad, eh, ni en el ámbito nacional ni en el internacional, que además nuestro presidente del gobierno considera una misma cosa. Eh, la cuestión es crear relato y hacer táctica electoral. Lo de siempre. Ayer domingo, Pedro Sánchez estuvo en la fiesta de la rosa, que básicamente es un meeting que organiza anualmente el PSC en la localidad de Gavá, provincia de Barcelona. O sea, como la fiesta de la merced, pero pero en socialista catalán y ya sabes que el socialismo catalán es el que manda ahora mismo. El PSC es el que manda. Mandan la Generalitat, mandan el Ayuntamiento de Barcelona, mandan las empresas públicas españolas y mandan la estrategia de la Moncloa. De hecho, podríamos decir que el PSOE como tal ha sido sustituido por el PSC.
La agenda del gobierno se marca desde Cataluña y para Cataluña y todas las decisiones importantes del partido se consultan antes con el presidente de la Generalitat. Se podría mudar Ferraz a la plaza de Sant Jaume. Bueno, cuando estalló el caso Santos Cerdán, ¿recuerdas a quién llamó Pedro a Moncloa para analizar las consecuencias de esa crisis? Y estuvieron hablando horas a puerta cerrada. No sabemos de qué todavía. Efectivamente, a Salvador Illa. ¿Y a quién llama Pedro a la mareta para la planificar los primeros pasos del nuevo curso político a Salvador Illa? ¿Y a quién envía Pedro a Ginebra para intentar ablandar al prófugo, a Salvador Illa? En estos momentos es difícil determinar si Pedro Sánchez necesita más a Salvador Illa o si Salvador Illa necesita más a Pedro Sánchez, pero hace tiempo ya que los dos han alineado sus estrategias y actúan a la par. Como ninguno ha logrado aprobar sus presupuestos, pues ambos están desplegando desde finales de agosto.
Una actividad frenética precisamente para ocupar espacio mediático y dar la impresión de que retienen el control. Claro, la realidad es muy distinta. La realidad es que Esquerra Republicana no quiere aprobarle las cuentas a Illa porque considera que no ha cumplido con el cupo catalán, que prometió Sánchez para ser investido, pero que a María Jesús Montero ahora mismo le viene fatal aprobarlo, porque sus aspiraciones a la Junta de Andalucía se verían severamente dañadas y la realidad es que Junts aleja la posibilidad de sentarse siquiera a negociar los presupuestos generales del Estado con Sánchez después de que Puigdemont les diera dos portazos sucesivos a Illa y a Zapatero en Suiza. La cruda realidad de esta legislatura absurda, estéril es la parálisis.
El gobierno de España tiene un centenar de iniciativas legislativas paradas en el Congreso de los Diputados y algunas acumulan ya más de 50 prórrogas porque Francina Armengol, la presidenta del Congreso sabe que su ejecutivo, su gobierno, no tiene los votos para poder tramitarlas, así que las manda al limbo patada seguir una y otra vez. El número de leyes paradas ya duplica el número de leyes aprobadas. Pero claro, esto es lo que pasa cuando un presidente decide atornillarse en el poder con los votos de un fugado que lideró una sedición precisamente porque no quiere saber nada del interés general de los españoles ni de la gobernabilidad de España. Y ojo, Porque ya no es solo Junts, es que Podemos empieza a imponer vetos cruzados a otros componentes de la llamada mayoría Frankenstein. Por ejemplo, mañana se vota la cesión a Cataluña de las competencias migratorias para que la Generalitat pueda expulsar inmigrantes por su cuenta.
Es la penúltima exigencia de un Carles Puigdemont más preocupado que nunca por el auge de Alianza Catalana, que es un partido más racista todavía que el suyo. Y va el autoproclamado gobierno más progresista de la democracia y cede a los propósitos segregacionistas de Puigdemont, como ha denunciado el propio Emiliano García-Page con esta palabra, segregacionismo. Pero entonces tercia el partido de Pablo Iglesias y dice que esta es una medida racista y que por tanto va a votar en contra mañana. Y ojo, en esto Podemos tiene la razón moral de su parte. Eh, efectivamente es una medida racista. Pero el resultado de esto es que el parlamento se convierte en un descalzaperros porque de Facto Sánchez ha perdido la mayoría para gobernar. Estos son los hechos. Y cuando los hechos no le son favorables, que hace Pedro, pues se vuelca en la propaganda. Trata de matar el dato con el relato y no al revés.
Y ya sabes que el relato al que se ha agarrado ahora se llama Gaza y está instrumentalizando esa tragedia humanitaria para cohesionar a la izquierda y para forzar la confrontación con el Partido Popular. Pero resulta que Feijóo también ha denunciado la masacre de civiles palestinos, aunque no diga la palabra genocidio, como no la dicen ni el rey Felipe, ni el canciller MERS, ni la Corte Penal Internacional. Así que, como Feijóo también critica a Netanyahu, Sánchez ha decidido ignorarle directamente y para buscar pelea se remonta a 20 años atrás, se remonta al 11M y a la guerra de Irak.
Salió este hombre, José María Aznar. ¿Os acordáis de José María Aznar? No. Sí, ese hombre que veía armas de destrucción masiva donde no existían y que es incapaz de ver la barbarie que perpetra Netanyahu en Gaza. Bueno, pues yo le digo al señor Aznar con toda humildad que de él no esperamos ninguna elección. Lo que esperamos son disculpas. Disculpas por su guerra de Irak. Disculpas por su mentira con la guerra de Irak y también con el 11 de marzo.
Madre mía, eh. Asuntos de rabiosa actualidad. A ver, también te digo una cosa. Estamos hablando del mayor opositor en diferido a Francisco Franco. Para alguien como Pedro Sánchez, que vive mentalmente en 1936, enfrentarse a Aznar representa todo un adelanto, eh, pasito a pasito, suave suavecito, la memoria histórica de Pedro Sánchez va progresando, eh, de 1936 ya está en 2004. Bueno, algo es algo. Pero, hombre, llámame loco, pero yo sospecho que los ciudadanos españoles de 2025 tienen problemas bastante más acuciantes ahora que, yo que sé, el vertido del prestige. o la autoría del 11M. Problemas como la vivienda, como la precariedad laboral, como que un ministro se gaste en prostitutas tus impuestos, como que si eres una mujer maltratada, tu agresor se te presente en tu portal sin que le suene la pulsera. Esos son los problemas de actualidad. Y contra todos esos problemas, ¿qué soluciones está ofreciendo Pedro Sánchez? Pues su solución ahora mismo consiste en que digamos muy fuerte la palabra genocidio, que lo digamos todos y a todas horas y que no lo diga, será declarado cómplice de genocidas, que eso debe de ser andar para alguien como Pedro Sánchez.
¿Y qué recorrido tiene esta estrategia de llevar el relato polarizador hasta el paroxismo con cualquier excusa nacional o internacional? Pues yo no lo sé, sinceramente. No sé cuánto le puede durar esto. ¿Cuánto puede estirar este chicle? De momento, Pedro tiene una semana dulce por delante en principio, eh, como casi siempre que se sube al avión y se va de viaje, porque a esta hora creo que ya está en Nueva York, recién aterrizado para asistir a la Asamblea General de la ONU, donde buscará presentarse a sí mismo como el abanderado internacional de la causa palestina o más bien de la causa antiisraelí. El malo para él es que el rey le va a quitar foco el miércoles en la tribuna de la ONU porque va a hablar el rey, no Pedro y eso lo lleva fatal, ¿eh? Pero bueno, hoy tiene una conferencia a la Universidad de Columbia que para alguien que plagió su tesis no está nada mal. Hoy empieza el otoño y Decía al principio que otoño, el otoño para los romanos, representaba la estación de la plenitud antes del declive. Y estirando la metáfora, quizá la intensidad política de este otoño se explica precisamente porque en realidad estamos en precampaña electoral. Estamos viviendo quizá el ruido previo al instante en que callará la propaganda y hablarán las urnas.