"Cuenta Pedro que no ha dormido pensando en la flotilla, pero cuando dos guardias civiles fueron asesinados en Barbate no tuvo insomnio, al día siguiente se fue a los Goya"
Jorge Bustos analiza en Herrera en COPE las protestas en Barcelona por la detención de la Flotilla y señala los cambios de opinión desde Moncloa
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Uno sueña, por ejemplo, con ser un gran defensor de los derechos humanos. Se embarca en una flotilla para salvar a los palestinos de la guerra y de la hambruna y para denunciar la injusticia y el genocidio ante los ojos angustiados de todo el planeta. Y llega tu presidente socialista y avala tu heroísmo enviando nada menos que un buque de la armada para protegerte. Pero llega el momento de la verdad, aparecen las patrulleras israelíes, el buque se queda a una prudente distancia de la línea de exclusión fijada por Israel y a ti te abordan y te llevan a puerto a la espera de tu inmediata deportación. Fin de la heroica aventura.
¿Has conseguido mejorar un ápice la vida de los palestinos? En absoluto. ¿Has conseguido llamar la atención sobre un conflicto olvidado? Tampoco, todos los líderes del mundo se estaban ocupando ya de ese conflicto. De hecho, con tu capricho de turista adolescente de la revolución pendiente, lo único que has conseguido es consumir recursos públicos y robar protagonismo a la noticia más importante para los propios palestinos, que sigue siendo el plan de paz de Donald Trump. Pero, ¿qué pasa cuando cae el telón y termina la farsa? Pues que quien se la había creído se lleva una decepción y los más crédulos ahora exigen explicaciones a sus dirigentes progresistas que les habían hecho creer que el gobierno de España iba en serio con el apoyo a la flotilla y y con la lucha contra el estado genocida y todo.
Ya lo avisamos aquí cuando Sánchez respaldó el boicot de la vuelta ciclista. Cuando eliges la senda de la radicalidad, quedas preso ya de los radicales, que siempre te exigirán un paso más. Siempre les vas a parecer tibio. Ahora vete a explicarles a los que la liaron ayer en Barcelona intentando cortar la ronda litoral, que todo esto de la causa palestina para Moncloa era pura representación electoral, un teatro para que la izquierda antiisraelí no abandone al PSOE. Pero claro, una cosa es apoyar el boicot a la vuelta ciclista y que se fastidien Vingegaard y Perico Delgado, y otra cosa muy distinta es desafiar directamente el poder militar de Israel. “No, no, no, no”, decía Pedro Sánchez. Pues eso, y por eso el presidente tuvo que salir ayer a seguir haciendo teatro.
Nos cuenta Pedro que no ha dormido pensando en la flotilla. Y por cierto, baja mucho el tono contra Netanyahu, ahora que Israel retiene a 65 españoles que estaban avisados de lo que pasaría. Pero cuando en febrero del año pasado dos guardias civiles fueron asesinados por la embestida de una narcolancha en Barbate, Pedro no tuvo insomnio. Al día siguiente se presentó en la gala de los Goya, muy sonriente, a protestar contra Netanahu junto a los comprometidos actores del cine español. La Guardia Civil sigue denunciando a día de hoy la falta de medios en el estrecho, pero el presidente del gobierno no dudó en enviar el furor a escoltarla a la flotilla, aunque el papel del buque, como todo en esta farsa, se ha limitado a la función de puro atrezo.
La primera que se ha dado cuenta del abismo que hay entre los dichos y los hechos de su socio es Yolanda Díaz. Ha dicho la vicepresidenta. Tiene que haber coherencia entre el discurso que dio Pedro Sánchez la semana pasada en la ONU y sus acciones. No pide nada, ¿eh? Coherencia. Pedro Sánchez. Bueno, claro, cuando llegan las dificultades diplomáticas, por cierto, Yolanda Díaz se olvidan seguir de la plurinacionalidad que defiende Sumar y se vuelve muy española y mucho española, que diría don Mariano.
No sé qué está pidiendo exactamente la vicepresidenta del gobierno. Que entremos en guerra con Israel en Aguas del Mediterráneo. Pues no, porque ella también se dedica a la farsa. No va a discrepar del PSOE, por ejemplo, hasta el punto de abandonar indignada la coalición, ¿verdad? Solo está calculando cuántos votos le roba Podemos con esto de Gaza. Por cierto, Podemos se dedicó ayer a incendiar las calles alentando protestas contra el obvio desenlace de la flotilla. Ya se sabía que su historia acabaría en el puerto de Israel y en un aeropuerto de vuelta a casa, porque todo es puro teatro, todo es precampaña.
Una simulación política
¿Quieres más pruebas de que vivimos en una constante? Pues por ejemplo la negociación fantasma de los presupuestos generales del Estado, porque sale María Jesús Montero a decir que ya está dialogando con los grupos para aprobar el techo de gasto y al día siguiente salen los portavoces de los grupos y dicen que no, que no ha habido ningún contacto.
Más ejemplos: comparece la todavía ministra de igualdad, Ana Redondo, sigue negando que existieran fallos en las pulseras antimaltrato y al mismo tiempo anuncia una investigación interna y un nuevo contrato para mejor las pulseras antimaltrato. ¿En qué quedamos, ministra? Si no falla nada, ¿para qué investigar y para qué cambiar las pulseras? Por cierto, los juzgados de violencia de género denuncian el colapso que se les viene encima a partir de hoy con la entrada en vigor de la transferencia de competencias desde los juzgados ordinarios para este tipo de delitos. Y no van a dar abasto.
Y Junts avanza que va a tumbar la propuesta de Bolaños para reformar la vía de acceso a la carrera judicial, la ley Bolaños, que facilita la injerencia política. Pero Junts está por tumbar todo y Podemos va a tumbar el embargo de armas a Israel. O sea, la situación parlamentaria del gobierno es insostenible, pero hace poco el presidente presumía de estabilidad. Y así todo.
Begoña y David Sánchez, más cerca del banquillo
Más obras de teatro. Ayer el gobierno tira un cohete para celebrar el mejor mes de septiembre de la historia en materia de empleo, gracias sobre todo a los contratos de educación. Pero uno acerca la lupa a los datos y descubre que de cada 100 empleos creados solo 17 son indefinidos y además descubre que el paro juvenil ha subido todavía más. Y podemos terminar la comedia por hoy con la traca final, que es la de la corrupción en el entorno directo del presidente.
El tiempo pasa, presidente, y lo que está haciendo el tiempo es poner a su hermano y a su mujer cada vez más cerca del banquillo. Ayer el juez Peinado hizo extensión el procedimiento del Jurado Popular, que ya había decidido para el delito de malversación, a los otros cuatro delitos por los que se investiga la esposa del presidente: corrupción en el sector privado, tráfico de influencias, apropiación indebida e intrusismo profesional. Y cita a Begoña Gómez el lunes que viene por la tarde para comunicárselo a ver si el lunes le viene mejor que el sábado.
Por no hablar del nuevo oficio de la UCO que señala a Javier Herrero, director general de carreteras entre 2018 y 2022, por ocultar la adquisición de 29 hectáreas de terrenos en Cádiz. 29 Bernabéus, un terrenito. Estas nuevas pesquisas en el marco del caso Koldo sitúan a Herrero y a Isabel Pardo de Vera en el engranaje que presuntamente lideraban José Luis Ábalos y Santos Cerdán para amañar obras públicas a cambio de comisiones ilegales.
Y todo esto, ojo, ocurría los primeros 4 años del sanchismo, los del gobierno bonito, los de la regeneración democrática que justificó la moción de censura. Mira, quizá los críticos del sanchismo están malgastando su inquina contra alguien que no es real. Es más bien un holograma, un holograma que duró demasiado. Quizá lo único que haya que escribir en el epitafio político de Pedro Sánchez es 'representó un papel y hay que reconocer que eso hasta el final lo hizo como nadie'.