Violencia en jóvenes: “No tienen un trastorno mental es una forma de ser”

En las últimas semanas han aumentado los crímenes perpetrados por jóvenes

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 13:03

En las últimas dos semanas hemos sido testigos de sucesos atroces protagonizados por jóvenes, por menores.

Jóvenes asesinos de otros jóvenes, en algunos casos niños. Incluso con sus padres. En pocos días, hasta cuatro menores han sido protagonistas de actos muy violentos, con resultado de muerte.

Madrid, Murcia, Alicante, Jaén… casos muy diferentes entre sí, por toda la geografía, pero coincidentes en algo esencial: tanto víctimas como agresores son jovencísimos.

En algunos casos, también coincide la frialdad heladora de los asesinos. Santi, por ejemplo, el joven de 15 años que mataba a sus padres y a su hermano de 10 años en Elche, porque le habían amenazado con quitarle Internet y la consola. Después de descerrajar seis tiros a su familia, a sangre fría, permaneció tres días más vistiendo la bata de su padre y jugando a videojuegos. O el joven de 22 años de Alcalá la Real, que como relataba en ‘Fin de Semana’, Nacho Abad, llamó él mismo a emergencias para confesar, con toda la frialdad del mundo, su crimen.

El relato, visto así en conjunto, es aterrador y las preguntas que nos provocan son muchas. ¿Qué está ocurriendo con nuestros chicos, nuestros jóvenes? ¿De dónde surge una violencia tan brutal y a una edad tan temprana? ¿Tienen algo que ver estos dos años de pandemia y confinamientos?

Para intentar entenderlo, en Herrera en COPE’ hablamos con la doctora Patricia Alcaraz, psiquiatra forense, médico especialista en Medicina Legal y experta en valoración del Daño Corporal. Agresiones violentas, “presuntos” asesinatos a padres, a otros jóvenes, a profesores.Asegura Patricia existe, entre estos jóvenes un denominador común que es que “la mayor parte de ellos nacen así, con ausencia de empatía, de sensibilidad, falta de escrúpulos… que le llevan at tener esa frialdad para matar”.

Alcaraz los define como “mini psicópatas o mini asesinos que el día de mañana, en un futuro serán asesinos”.

Distingue Patricia en tener problemas mentales o tener una forma de ser social a la que “le falta empatía, le falta escrúpulos, los que tienen maldad”, reconociendo que “una forma de ser no se cura mientras que un trastorno mental sí”.

Y señala uno de los problemas que existen en nuestro país ante este tipo de crímenes protagonizados por estos jóvenes que no van a la cárcel sino “a un centro de menores de donde acaban saliendo y pueden volver a repetir, y la mayor parte de ellos repiten como el de Sandra Palo, por ejemplo”.