La petición que hace el padre de Miriam, asesinada en Meco hace seis años, a Nacho Abad después de que se reabra el caso: “Que lo señalen”

Nacho Abad revive el caso después de que la Guardia Civil de Tres Cantos haya reactivado la investigación

César Bernal

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Era una fría noche de febrero , como cualquier otra. Miriam salía a pasear con sus cuatro perros, sin embargo, algo había cambiado. Ella había decidido comprar unos collares fluorescentes de colores a los perros y para probarlos bien, en lugar de caminar por el pueblo como habitualmente, se había metido en la oscuridad del campo.

Miriam vivía con una amiga y el novio de la misma, en un pueblito entre Guadalajara y Alcalá de Henares. Este zona guarda una particularidad especial, así lo explica el propio Nacho Abad: ”Esos pueblos desprenden una iluminación muy potente y por tanto, cuando tú estás caminando en la negrura más absoluta de todas, lo que ocurre es que de repente tú parece que estás iluminado y que por tanto no estás dentro de la negrura”, por lo que podríamos decir que la propia Miriam, lo más probable es que ni siquiera pudiese llegar a ver la cara del asesino.

Para recordar el caso en profundidad y el futuro de la investigación, que esta misma semana se ha vuelto a reabrir, contamos en Fin de Semana con Nacho Abad y con nuestro neuro psiquiatra forense José Miguel Gaona.

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mujer paseando al perro

 El por qué de las 90 puñaladas  

La joven, fue asaltada y apuñalada tal cantidad de veces que el propio cuchillo se partió en el cuerpo de Miriam. 90 puñaladas atravesaron el cuerpo de la mujer, abrigada hasta arriba para combatir el frío de la noche.

Ahora bien, si nos paramos a pensar en el tiempo que necesitaríamos para realizar 90 veces un movimiento de esta intensidad, nos daríamos cuenta de que no se trató de un trámite a máxima velocidad, por lo que, ¿qué sentimiento podría haber llevado a ese hombre para necesitar 90 puñaladas para calmar su ira? “Pues una intensidad emocional brutal, del tipo que sea. Puede ser ira hacia ella, lo cual podría de alguna manera establecer algún tipo de vínculo de una persona conocida, pero también hay muchos motivos por los que alguien puede tener ira”, así lo explicaba Gaona.

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Una mujer asaltada en la noche

Un rato después, dos jóvenes encontraron el cuerpo de Miriam cuándo ésta aún se encontraba con vida, pero claro, el abrigo les impedía ver las puñaladas y por lo tanto, apreciar la gravedad de la situación. Ambos, en un ataque de nervios, deciden teclear el 112 pero se encuentran con la difícil situación, no ya sólo de explicar lo que le ha ocurrido exactamente a Miriam, sino el reto de indicar el lugar exacto en el que se encontraban, así lo definía Abad “¿Cómo le dices al 112 que estás en mitad de un camino de tierra sin dirección y sin número?"

  Un caso que nos recuerda otras tragedias  

Desgraciadamente, muchos de estos asesinatos no reflejan un conflicto directo entre los protagonistas. Este fue el caso de Rocío Wanninkhof. Tony King, en un taque de ira contra el sexo femenino, clavó casi una treintena de puñaladas en el cuerpo de la víctima: “De alguna manera él quería violarla y había ofrecido demasiada resistencia”, así lo contaba nuestro neuro psiquiatra, por lo que queda en evidencia, que muchas de las razones que llevan a acometer este tipo de casos, se pueden explicar mediante una experiencia anterior que acabe evocando en un odio al sexo contrario.

Ahora bien, ¿por qué deberíamos de mencionar un caso que ni siquiera tuvo lugar en nuestro país? Pues bien, en el caso de Miriam Vallejo, aún se desconoce  la autoría del asesino. Muchos ojos miran hacia el novio de su amiga porque se encontraron restos de su ADN junto al de la víctima, sin embargo, ya se archivó el caso contra él, lo que nos hace pensar que el hombre que puso fin a la vida de nuestra protagonista, puede ser una persona que ni siquiera la joven supiera de su existencia,

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La Guardia Civil en el lugar de los hechos

 6 años después, la herida vuelve a abrirse  

Sergio, el hombre que convivía con ella, pasó 4 meses en prisión hasta que el juez decidió absolver el caso por falta de pruebas. Se desconoce el móvil que podría haber incitado a Sergio a querer acabar con la vida de Miriam: “Había unas cuestiones económicas ahí en la casa en la que Miriam lo pagaba todo, la WiFi, la no sé qué, no sé cuántos y entonces claro, en las relaciones personales el móvil puede ser cualquiera, pero repito, todo esto son meras especulaciones”, contaba Abad.

El equipo de homicidios de Tres Cantos ha cambiado y el nuevo equipo busca respuestas al sufrimiento de la familia: “A mí yo quiero que la Guardia Civil me señale al malo y que se haga justicia”, explica Juan, el padre de la víctima, con la necesidad de saber lo que ocurrió aquella noche de 2019, pero ya sin las fuerzas necesarias para seguir con la lucha.

Aún queda mucho camino para que “paguen justos por pecadores”, pero ya han pasado 6 años desde que la vida de Miriam llegó a su fin, la madrugada en la que también, “fallecí yo y falleció su padre”.