José Luis Mur: “Mi primera cámara me la compré a escondidas de mis padres”

Un coleccionista habla con Rosa Rosado en Fin de Semana sobre su pasión por la fotografía

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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¿Quién no se ha sentado alguna vez aburrido a ojear un antiguo álbum de fotos...? ¿O curioseando por los cajones de casa se ha encontrado una cámara antigua?

Se suele decir que los recuerdos se conservan en la mente y las fotografías que sacan los ojos son las mejores, sin embargo, a veces eso no es suficiente.

Las cámaras son un invento que han conseguido que seamos capaces de ver la historia.

Hay personas que a lo largo de los años han descubierto que la fotografía es mucho más que una imagen y han dedicado su vida a coleccionar y estudiar estos aparatos que ha conseguido que nuestras vivencias se conviertan en atemporles, pudiendo revivirlas cada vez que las veamos en papel.

“Mi interés por la fotografía empezó desde muy joven. Yo soy de Labuerda, de un pueblo, un pueblecito pequeño del Sobrarbe, de Huesca. Cuando tenía unos 13 años, venían algunos turistas con cámaras y me llamaban la atención. Normalmente en aquella época con cámaras no muy representativas. Ahí me entró el interés por conocer la imagen, conocer la fotografía”. Afirma José Luis.

La primera cámara la consiguió gracias a que vio un anuncio de una cámara de juguete y a escondidas de sus padres, porque tampoco la situación económica era buena. Fueron 99 pesetas y con ella hizo las primeras fotos con un rollo de 127 y asegura que dieron muchas satisfacciones.

Aparte de las cámaras, fue un gran deportista, Mur afirma que salió del pueblo por motivos de fútbol... Fichó por la Unión Deportiva Barbastro como juvenil, y al llegar a Barbastro ya obtuvo otra cámara más interesante, una Kodak que, esa también, sigue manteniéndola, una Retina S2.

Después, los temas de fútbol fueron los que cambiaron mucho su vida. Fichó por el Atlético de Madrid. El traslado a Madrid fue ya lo que le incitó más hacia la fotografía. Compró una cámara réflex nada más llegar, una Minolta SRT-101. La compró de segunda mano, pero ya tenía grandes posibilidades y lograba todo lo que quería dentro de la fotografía.

Dejó el fútbol, y al día siguiente, si hubiese querido, podría haber estado trabajando. Pero su afición era la fotografía, asegura José. La idea de montar una tieda la tuvo con un amigo. “Oye, ¿por qué no ponemos un puesto en el rastro?”, con esa frase inició la idea.

En cuanto a cámaras, José Luis Mur tiene unas 6.000.

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