“Ningún otro país del mundo celebra su fiesta con decenas de naciones hermanas, somos 600 millones, una potencia”

Cristina López Schlichting nos guía en su monólogo de Fin de Semana por la Hispanidad: "En América ocurrieron hechos que hoy parecen inimaginables: mestizaje entre culturas, matrimonios entre los hidalgos y nobles españoles con los príncipes locales, preservación de lenguas indígenas, universidades y hospitales, y los primeros principios del derecho internacional defendiendo la justicia universal"

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¡¡¡Muy buenos días, España!!! Bienvenidos a Fin de Semana de la cadena COPE. Te saluda Cristina López Schlichting en nombre de todo el equipo que te acompaña los sábados y domingos de diez a dos.

Empezamos con la previsión del tiempo. Se esperan chubascos y tormentas fuertes y persistentes en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares, especialmente intensas en Tarragona y Castellón. Además, se prevé viento muy intenso de levante en Almería. Alice se va, pero ¡madre mía! qué borrasca nos deja, combinada con la gota fría. Mucho cuidado. Jorge Olcina nos adelantaba cómo se comportará el tiempo esta semana.

Casi 4.000 militares, 45 aviones y más de cien vehículos desfilarán hoy por la capital de España en la Fiesta de la Hispanidad. Se celebra también la Fiesta de la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de la Guardia Civil. Felicidades a todas las Pilares, de las que tenemos en COPE mucha provisión, entre otras Pilar Cisneros, Pilar García de la Granja y Pilar García Muñiz. ¡Qué tres pilares!

Hoy, en las calles madrileñas, hay doble presencia de la Unidad Militar de Emergencias y debutará en el aire la Formación Mirlo, el grupo de aviones que sustituye a la histórica Patrulla Águila.

Desde la noche han ido llegando los ciudadanos aquí, a la Castellana, para coger buen sitio y seguir de cerca el recorrido de las tropas, que encanta a pequeños y mayores y es ya todo un rito de fiesta. En la Tribuna Real estarán los Reyes y con ellos la Princesa de Asturias, que despierta pasiones. Doña Leonor llevará uniforme de gala del Ejército del Aire y del Espacio, a tono con la formación militar que actualmente desarrolla en la Academia de San Javier. A la llegada del jefe del Estado, prevista para las once de la mañana, estarán esperándolo todos los miembros del Gobierno, encabezados por Pedro Sánchez, las autoridades del Estado y la gran mayoría de los presidentes autonómicos, incluido Salvador Illa, de Cataluña. No está Santiago Abascal, que ha querido significarse y dice que no quiere estar con Pedro Sánchez en la tribuna, y seguirá el acto desde la calle, con los ciudadanos. Hoy el centro es el jefe del Estado y lo adecuado institucionalmente es estar a su lado.

La Fiesta de la Hispanidad es única: ningún otro país celebra sus festejos con la presencia de decenas de naciones que reconocen en la llegada de Colón a América un momento histórico. Hablamos de 600 millones de personas que hablan español, el 7,5 % de la población mundial, una verdadera potencia cultural y política. A diferencia de otras colonizaciones, nuestra cultura se ha desarrollado de manera pujante y enriquecedora.

Tenemos con nosotros a dos invitadas, una venezolana y otra colombiana. La venezolana lleva dos años en España y disfruta de la cultura, el mestizaje y sentirse parte de esta tierra. La colombiana lleva ocho años y también celebra la Hispanidad cada año, fascinada por la mezcla de culturas, la convivencia de tantos países y la presencia del Rey.

Algo especial pasó en América cinco siglos antes, en pleno Renacimiento, cuando unos marineros protagonizaron un viaje que hoy solo se puede comparar con el viaje a la Luna. Maravillados, descubrieron un continente entero: otros seres humanos diferentes, otras culturas, lenguas, fauna y flora distintas, y otra gastronomía. Llegaron a América los caballos y las vacas, que no existían allí, así como el pan de trigo, el azúcar, el arroz y el vino. Y vinieron tomates y maíz, hermosos papagayos y el chocolate. ¿Qué haríamos sin el chocolate?

Estaban los Reyes Católicos en Barcelona cuando una comitiva de españoles e indígenas, encabezada por Colón, fue al Palacio del Tinell el 3 de abril de 1493 a mostrarles las cosas asombrosas que cambiaban la concepción del mundo que tenían los europeos. ¡Qué sorpresa! Y esos hechos maravillosos han tenido consecuencias en medio mundo.

A veces, las celebraciones son más hermosas y sentidas al otro lado del mar. Yo recuerdo con conmoción las fiestas en República Dominicana en memoria de lo que llaman la Madre Patria, España, de la que se sienten hijos y herederos. ¿Cómo es posible que ese temblor y esa emoción sean más de ellos que nuestra? También Costa Rica, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Nicaragua y Honduras tienen hoy fiesta, con sus distintos matices. México celebra el Día de la Raza, buscando resaltar el mestizaje y el valor de sus raíces indígenas. En Argentina, la jornada se llama Día del Respeto a la Diversidad Cultural, y en Chile se celebra el Día del Encuentro entre Dos Mundos. Colombia celebra el Día de la Raza y la Hispanidad, y hasta en Venezuela, con la situación actual, no queda más remedio que reconocer la historia, aunque la jornada se llame ahora Día de la Resistencia Indígena.

La cuestión es que lo que aconteció en 1492 es tan grande que divide la historia de la humanidad en un antes y un después, y bien podemos los pueblos hispánicos estar orgullosos de ello. En América pasaron cosas que, insisto, cinco siglos después serían inimaginables en las colonizaciones modernas: el mestizaje, que hoy hace posible que nuestros hijos lleven rasgos americanos y europeos; el matrimonio entre los hidalgos y nobles españoles y los príncipes locales; la compilación de las lenguas indígenas en las gramáticas españolas, que salvó los idiomas locales; la evangelización, que explicaba que todos los hombres son hijos de un Dios que ha muerto por ellos; las universidades y hospitales, alucinantemente tempranos en el Nuevo Mundo; y el derecho internacional, que nació en la Universidad de Salamanca para defender los principios universales de justicia e igualdad.

Hoy, la Hispanidad también significa acoger a delegaciones de países hispanos y compartir la riqueza común. 

Los niños son protagonistas: Daniel, ocho años y medio, y Manuel Lucas, doce, vienen por primera vez al desfile. Les gustan los aviones, los tanques, la mascota de la Legión… especialmente los aviones que trazan los colores de la bandera española. La Fiesta de la Hispanidad es de todos los españoles y de nuestros hermanos hispanoamericanos. Enseñémosla a nuestros hijos: es un patrimonio maravilloso.