Cristina L. Schlichting: "La voz de Montserrat Caballé enjugó nuestros dolores y encumbró nuestras alegrías"

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Hola, hola. Hola España. Te saluda el equipo de ‘Fin de Semana’ en un entorno verdaderamente inolvidable porque nos cernimos sobre el mar Mediterráneo desde uno de los hoteles de Magaluf en la costa de Mallorca y tenemos delante un islote que aflora sobre nuestros ojos y que está rodeado de color plata bajo el sol. En el rooftop de nuestro hotel anfitrión estamos realizando este programa para ti y para toda España. En este momento está todo el mundo en sus puestos de trabajo. Tengo a Marci Ortega, a Jesús García Ercilla, a Paloma Paulete, a Diego González, a Sofía Gonzalo y Maiki de Toro en sus puestos. Toni Navalón lleva el control en Mallorca en esta azotea regada por el sol. El control de Madrid es de cinta Molina y el control central de José María Orihuela.

Pero en esta mañana señoras y señores, amigos todos, España está de luto. Ha muerto una de las mayores divas de la ópera de todos los tiempos. Una española universal que fue embajadora del gusto y la belleza de nuestro país. Desde Nueva York hasta Hong Kong, de Sydney a Singapur. Las multitudes la adoraron, el público la aclamó. Ha muerto la gran catalana, ha muerto Montserrat Caballé. Tenía una voz redonda y potente. En los más altísimos registros del soprano. Nos ha conmovido a todos hasta lo más profundo, ha cambiado la historia de la música, y ha ratificado esa afirmación general de que los tenores y sopranos españolas verdaderamente revolucionan la historia del mundo. Vamos a escucharla en una de sus más conocidas arias. La Norma de Bellini fue su pieza favorita, la que la encumbró a lo más alto.

A muchos les extrañará hoy la escasa presencia de Montserrat Caballé en la escena pública los últimos años. Porque ha muerto relativamente joven, con 85 años, pero la clave es que el altavoz de Cataluña lo tienen otros. Los que quisieron silenciarla porque no estaba por el independentismo.

En su vejez, tenía que haber sido el rostro de Cataluña en todos los lugares. En las televisiones, en los medios de comunicación, en la publicidad institucional. Pero no interesaba un talento que se imponía sin ideologías.

Hace apenas 5 años, en Zaragoza, con Mari Cruz Soriano, Montserrat Caballé contó la desagradable anécdota del conseller de Cultura en una recepción pública en la Generalitat. Aquel hombre le dijo a la cara: “Es usted una catalana universal. Su único defecto es haberse casado con un extranjero”. Lo dijo porque el marido de Montserrat es aragonés y ella (menuda hembra) hizo ademán de marcharse y fue Marta Ferrusola, la mujer de Pujol, la que finalmente la convenció para quedarse diciéndole que había gente que no sabía lo que decía. Ella afirmaba rotundamente: “Estoy muy feliz de haber nacido en Barcelona, de haberme casado con un aragonés, de que mi madre fuese de Valencia, y mis hijos hayan estudiado en España”.  

Después de haber triunfado en los escenarios de todo el mundo, se produjeron las olimpíadas de Barcelona. Y su extraordinaria química con otro genio que fue Freddy Mercury dio una canción imposible de olvidar. Es maravilloso en esta mañana de sábado escuchar este chorro de voz en el Mediterráneo, en nuestro amanecer en Mallorca, en las Islas Baleares, en el Hotel Calviá Beach de plaza by Meliá. Verdaderamente un privilegio que una tardará mucho en olvidar.

Y en esta mañana de luto por Montserrat Caballé y me quedo con sus maravillosas palabras. Necesito decir esto: soy de Naciones Unidas desde 1988 y nos han enseñado la convivencia los pueblos del mundo tenemos que estar unidos. Con respecto a la cadena humana que han formado los independentistas a lo largo del territorio catalán, tengo que decir que no podemos hacer cadenas. Las cadenas son para la esclavitud las cadenas humanas son para reparar no son buenas las cadenas que separan y humillan.

En esta mañana triste enviamos un abrazo de todos los oyentes al viudo de Montserrat Caballé y a sus hijos. Estamos felices de haber compartido con ellos un pedazo de la vida de la gran solista. Que la belleza que produjo su voz enjugó muchos dolores nuestros y encumbró nuestras mejores alegrías. De modo que su paso por este mundo lo ha hecho mejor. Ha muerto una gran creyente, una católica. Que rece desde el cielo por nosotros por su Cataluña y por su España.