INVERSION EN TIEMPOS DE CRISIS 

El oro se dispara: ¿merece la pena comprarlo ahora?

El oro vuelve a brillar como refugio en tiempos de incertidumbre. Con la onza en 3.670 dólares y previsiones que apuntan a superar los 5.000, cada vez más jóvenes inversores lo eligen frente a la vivienda o la bolsa para proteger sus ahorros.

Beatriz Pérez Otín

Publicado el - Actualizado

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Cada vez más particulares, incluidos los menores de 40 años, están recurriendo al oro como valor refugio frente a la inflación, el encarecimiento de la vivienda y la incertidumbre económica y política. El precio de la onza oscilando alrededor de los 3.670 dólares y los analistas apuntan a que podría superar los 5.000 si la tensión global persiste. El oro, refugio frente a la incertidumbre 

La inflación, la debilidad del dólar y la inestabilidad internacional han impulsado al oro a máximos. Bancos, aseguradoras y pequeños ahorradores lo incluyen en sus carteras como activo seguro.

“Cada vez más jóvenes invierten en oro porque no pueden acceder a una vivienda, pero quieren proteger sus ahorros”, explica Giulio Boncuore, director DEGUSSA Metales Preciosos en Madrid. 

en qué se invierte 

"Un kilo de oro, que cabe en la palma de la mano y pesa lo mismo que un litro de leche, equivale a unos 100.000 euros” explica Gustavo Martínez, gestor de patrimonios. El experto explica dos vías para invertir:

Oro físico: lingotes o monedas. Un kilo de oro (que cabe en la palma de la mano) equivale a unos 100.000 euros. Puede guardarse en casa o en cajas de seguridad (400-500 € anuales).

Oro financiero: productos cotizados en bolsa que replican el precio del metal en tiempo real, custodiados en bóvedas internacionales. ¿Moda pasajera o inversión a largo plazo?

 ¿Moda pasajera o inversión a largo plazo?  

Martínez advierte: “El oro no está exento de volatilidad, pero hoy actúa como un gran protector frente a la incertidumbre monetaria y la pérdida acelerada del poder adquisitivo de las familias.” A su juicio, la escasez y el valor histórico del metal lo convierten en un activo especialmente atractivo en épocas de crisis.   

No es casual que resurja una tradición antigua: durante generaciones, las familias españolas acumulaban joyas de oro como seguro frente a imprevistos. Hoy, ese mismo instinto se traduce en lingotes, monedas y fondos cotizados.