Una lingüista desvela cómo la gramática destapa los secretos de nuestro cerebro
Carlota de Benito analiza cómo evoluciona el español y por qué 'hablar mal' no siempre es incorrecto: "Alguien que sabe hablar muy bien, pero no sabe lo que dice, es un peligro"
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El poder de las palabras a menudo es subestimado, pero su capacidad para sanar, herir o transformar la realidad es innegable. Sobre esta premisa ha conversado la filóloga y doctora en lingüística Carlota de Benito en el programa 'Fin de Semana' de COPE, con Cristina López Schlichting. La investigadora, autora del libro 'El ingenio de tejer palabras' (GeoPlaneta), ha desgranado algunas de las claves de cómo funciona y cambia nuestro idioma.
Una ventana al cerebro humano
Muchas personas desarrollan durante la etapa escolar una aversión a la gramática, algo que Carlota de Benito atribuye a que se suele explicar de una forma abstracta y sin un propósito claro. Sin embargo, para la experta, la gramática es una ventana al cerebro humano. Según ha explicado, al estudiar cómo cambia la lengua, ya sea a lo largo del tiempo o entre diferentes lugares, “vemos precisamente eso, cómo nuestro cerebro entiende la lengua y y qué hace para extender las reglas de la gramática”.
Aprendizaje del lenguaje.
Es el cerebro el que modela el lenguaje y no al revés. “Nuestro cerebro está siempre buscando unas reglas más o menos claras”, y cuando se topa con excepciones, tiende a regularizarlas para simplificar. Un ejemplo claro es el verbo 'andar', cuyo pretérito 'anduvo' es sustituido a menudo por la forma regularizada “andé”. De Benito ha apuntado que en lugares como Uruguay, donde el verbo 'andar' se usa con más frecuencia, la forma 'anduve' está más asentada, mientras que en España, al ser menos usado, “tendemos más a regularizarlo”.
¿El mejor español?
Durante la entrevista, se ha abordado el mito de que existen lugares donde se habla un “mejor español”. La experta ha rechazado esta idea, explicando que “todas las variedades del español que hay tienen un devenir histórico que está plenamente justificado” y cumplen su función comunicativa a la perfección. Según De Benito, el prestigio o desprestigio de ciertas formas de hablar está ligado a “cuestiones sociales”, como el nivel educativo de los hablantes, y no a una superioridad lingüística.
El lenguaje vivo: redes y zonas rurales
¿Qué relación hay entre el cerebro y la gramática?
El interés de la investigadora se centra en dos ámbitos muy diferentes: los dialectos de los entornos rurales y el lenguaje en las redes sociales. En las zonas rurales se encuentran usos que “se están perdiendo y muchas veces están sin documentar”, mientras que en las redes “pasan cosas nuevas todo el rato y son fascinantes”.
Un fenómeno que ha estudiado en profundidad es la evolución de la palabra 'ojalá'. Tradicionalmente, introduce oraciones en subjuntivo ('ojalá vengas'), pero los jóvenes ahora la usan con infinitivos (“ojalá estar en Roma”) e incluso gerundios (“ojalá mi abuela haciéndome una coleta”), un cambio que ya se ha extendido y que las nuevas generaciones no perciben como novedoso.
Otros ejemplos de estas transformaciones son el uso de 'contestasteS', que añade la 's' para regularizar la segunda persona como en el resto de tiempos verbales, o la concordancia en plural del verbo haber, como en la frase “habrán crisis”. Sobre este último caso, De Benito ha señalado que le parece “una forma que nos permite ser más eficientes en la comunicación”, ya que aclara sin ambigüedad que se habla en plural.
La fascinación de la lingüista por la riqueza del habla popular queda patente en una frase que escuchó en Lietor y que le pareció un hallazgo: “Habemos gente más tonta, retontas y tontas del todo”. El uso de 'habemos', ha explicado la experta, es una forma creativa de incluir al propio hablante dentro del grupo que el verbo describe.
La irrupción de la inteligencia artificial
Finalmente, Carlota de Benito ha expresado su temor ante la inteligencia artificial. Como experta en lenguaje, advierte del riesgo de los chatbots, que son “máquinas que no saben lo que dicen” pero que generan textos muy bien escritos. “Alguien que sabe hablar muy bien, pero no sabe lo que dice, es un es un peligro verdaderamente”, ha sentenciado, debido a su gran capacidad de engaño al no poder distinguir la verdad de la mentira.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.