"Este libro me ha cambiado la vida 'de pe a pa': mi visión de la Iglesia, del cristianismo y del Vaticano"

Javier Cercas pasa por los micrófonos de Fin de Semana con su última obra: 'El loco de Dios en el fin del mundo': "Sé que tuve fe pero no sé cómo se recupera"

Redacción Fin de Semana

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"Este libro habla de cada uno de nosotros. De la gran pregunta sobre la vida y la muerte. Sobre qué hacemos aquí abajo, en mitad de un universo extensísimo dando vueltas". Con esta descripción comenzaba Cristina L. Schlichting la deliciosa conversación que ha mantenido este domingo con el escritor Javier Cercas. 

El cacereño ha publicado recientemente 'El loco de Dios en el fin del mundo' que edita Random House. En palabras de Cristina, "un hombre que no es de la Iglesia va a Mongolia con el Papa Francisco, invitado por el Vaticano, entra en la Curia vaticana (...) y en Mongolia conoce a los misioneros y relata la historia de este viaje". 

"Me has devuelto por unas horas al Papa Francisco. Le echo de menos y me ha resultado conmovedor. Y me has explicado cómo vivir mi cristianismo. Por las dos cosas te doy las gracias". Y Cercas confesaba a Cristina que no es la primera que le dicen algo parecido: "Un gran teólogo italiano dijo en público: Este señor, que no es creyente ni practicante viene a recordarnos a los católicos cosas que a veces olvidamos".  

Durante la entrevista en Fin de Semana, el escritor recordaba cómo le llegó la propuesta desde el Vaticano para acompañar al Papa Francisco en un viaje a Mongolia, un país de tradición budista con algo más de seis millones de habitantes donde hay menos de 1.500 católicos. Estando en la Feria del Libro de Turín, se le acercó el director de la editorial del Vaticano, Lorenzo Faccini "amigo mío ahora" con la idea: "Me advirtió que era la primera vez que lo hacía el Vaticano. Y yo le dije: ¿Pero se han vuelto ustedes locos?". 

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El Papa Francisco con Javier Cercas

Aunque Javier recuerda que de niño creció en la fe católica, hoy se declara ateo y anticlerical, "como el Papa Francisco, que era solo anticlerical. La Iglesia católica es anticlerical en el sentido de que es contraria al clericalismo, algo letal para la Iglesia como repetía el Papa Francisco y repite este Papa. Pero cuando la gente me oye decir que el Papa era anticlerical cree que el Papa iba pidiendo quemar curas por la calle, un verdadero delirio". 

Muchas personas se han preguntado estos días cómo una persona que se declara abiertamente ateo se animó a sumarse a este proyecto: "¡Cómo no iba a aceptar! ¿Cómo no voy a escribir un libro sobre esto? Estamos hablando de una institución que tiene dos mil años. Han caído todos los imperios y la Iglesia católica sigue ahí. Ha sido determinante".

"El libro trata de cómo un loco sin Dios, yo, va a buscar al loco de Dios, Francisco, hasta el fin del mundo (simbólicamente Mongolia) para preguntarle si mi madre va a ver a mi padre después de la muerte, escuchar su respuesta y llevarla de vuelta a mi madre". Y es que la madre de Javier ha sido el otro motivo por el que Cercas se lanzó a la aventura de escribir la obra. Una mujer de una fe profundísima. 

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El Papa Francisco y Javier Cercas en el viaje a Mongolia

"Este libro me ha cambiado la vida de pe a pa (...) me ha cambiado la visión de la Iglesia, del cristianismo, del Vaticano que no tiene absolutamente nada que ver de la idea que tenemos de él. Mongolia es un sitio exótico... ¡pero el Vaticano lo es muchísimo más!". 

"Sé que tuve fe pero no sé cómo se recupera"

Si hay una figura que ha parece haber marcado al premiado escritor es la de los misioneros: "Es imposible no admirar a esta gente. Es gente increíble (...) Personas que abandonan todo, casa, hogar, familia, ambiciones y se van, literalmente, al fin del mundo... a echar una mano. Porque el convencer a otros de que sean católicos no existe. Allí van a estar con los alcohólicos, los viejos, las putas... con los que estaba Cristo. Es imposible que no sientan admiración". 

Hablando sobre cómo se llega a la fe reconocía el autor que, en ocasiones, "he sentido envidia de la fe de mi madre. Mi madre tenía una fortaleza, una serenidad... que le daba la fe. Yo he visto a esos misioneros tener esa misma fe, fortaleza, serenidad, alegría explosiva... ahora. La fe no es voluntaria. Si yo quisiera recuperar la fe, no es racionalmente. No lo veo. Sí veo una intuición, un don (...) sé que tuve fe pero no sé cómo se recupera".