“Estamos viviendo el mejor momento para la música, lo digital ayuda muchísimo y con piratería cero”

Javier Limón, compositor, guitarrista y productor musical, visita Fin de Semana con Cristina para hablar de su trayectoria profesional y presentar ‘Hombres de fuego’

Cristina L. SchlichtingMiguel Soria

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Un fuego encendido es la única compañía que nos tranquiliza en una noche cualquiera, en todas las noches. Y se mantiene firme si hay calma, y se perturba al menor soplo. Hemos conseguido domesticarlo, administrarlo con el simple gesto de apretar un botón, pero sólo unos pocos soñadores saben arder sin quemarse. Son los guardianes de la fragua donde habita el amor del fuego en medio de los oscuro. Desde hace ya dos décadas, Casa Limón es uno de esos lugares donde se preserva un mundo iluminado.

Al frente de la candela se encuentra Javier Limón, que pasa por Fin de Semana con Cristina para presentar ‘Hombres de fuego’, su nuevo trabajo: “En la música hay algo muy importante que es que sin sorpresa no hay arte, el riesgo es vital para poder llegar a lugares nuevos, vivo quemado. A mí me ha salido muy bien siempre apostar por buena música con buenos textos, original y novedosa. No es mal negocio, a lo mejor algo más lento pero es más estable. Recomiendo a mis alumnos intentar hacer las cosas lo mejor posible, no es un riesgo, me parece la solución más sensata".

El último trabajo salido de esa fragua de sueños se llama “Hombres de Fuego”, que viene a ser un elemento más a dos discos anteriores: “Promesas de Tierra” y, sobre todo, “Mujeres de Agua”. Parece un viaje de lo femenino a lo masculino: “Son homenajes a las mujeres y siempre he trabajado con ellas, para mí el mito ya venía de casa. Es un homenaje constante”.

En ‘Mi guitarra’ escuchamos a Nella, una voz ante la que él cayó rendido, y lo impresionante es que trabajó con Coque Malla, que nunca había puesto música a una letra que no fuera suya: “No puedes llamarle para hacer lo siempre, está a otro nivel. Cuando hace una colaboración quiere divertirse y hacer algo distinto de lo que suele hacer”.

¿Alguna de las que ha compuesto para este disco son de esas que dice que las sueña enteras, la letra y la música, y que en plena madrugada te levantas y las grabas en el móvil? “Me pasa muchas veces, pero no tengo talento excepcional, es muscular, repetición diaria y ejercer. Si estás todo el día tantos años escribiendo y grabando al final el cerebro, cuando duermo, dice ‘déjame y sigo yo’, y me ha pasado muchas veces levantarme a las 3 am y tener una estrofa o un estribillo y lo dejo grabado, y luego no está nada mal”.

“África es el origen de todo pero hay muchas raíces de las que tirar y muchas ramas de las que agarrarse, en eso lo importante es conocerla para poderla olvidar también”, explica Javier.

“Al principio sí enseñé flamenco pero también enseño producción y escritura de canciones en español, desde los textos hasta la melodía, sobre todo el castellano como herramienta de trabajo”, detalla el cantautor, que cuenta hacia dónde cree que va la música: “Está en su mejor momento. Primero, el mundo digital es un mundo muy compatible con la música, se puede escuchar donde sea, y visualmente se hacen propuestas muy bonitas. Lo que hace 15 años era el gran temor que es la piratería ahora hay cero, todo está ordenado y legalizado, es un momento genial para que los jóvenes se animen, pero aprendiendo de los clásicos. A nivel industrial creo que ni medio problema”.

Cualquier compañía de discos piensa en discos con acompañamiento visual y puesta en escena, creo que son complementos de la creación. Hay artistas que quieren hacer un disco y ya piensan en lo visual”, añade Javier.

Sobre su futuro, tiene muchas ganas “de directos”: “Vamos a hacer un gran directo y te invito Cristina”.