De 190 invitados a casarse en la intimidad: las odiseas de Maiki y Diego para sus bodas
Dos miembros del equipo de Fin de Semana dan el “sí quiero” perpetuo a sus parejas, y lo más curioso: el mismo día. Cristina habla con ellos para conocer su experiencia
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Diego González y Maiki de Toro, dos destacados miembros de Fin de Semana, se casan. Y la cita es aún más especial por las inéditas circunstancias en las que este enlace tiene lugar: han tenido que cambiar tres veces la fecha de la boda (con toda la locura que ello implica) y, finalmente, ambas tienen lugar… ¡¡¡HOY!!! Sí, este 29 de agosto Diego y Maiki se casan con Elena y Rocío respectivamente. Y además uno muy cerca del otro porque Diego y Elena se casan en Burgos ya que él es de allí, y Maiki y Rocío en Ávila por decisión de ambos. “Como un flan estoy”, reconoce Elena, y Maiki dice que, “según se va acercando el momento estoy cada vez peor, me tiemblan las piernas”.
La normativa de Castilla y León es muy estricta: las bodas se restringen a un máximo de 150 personas en espacios al aire libre o 100 en espacios cerrados y ha habido muchos cambios.
Diego, con su “mentalidad periodística” destacada por Cristina, relata la odisea: “Hemos tenido que hacer muchos cambios, sobre todo de última hora. A modo resumen: nos casábamos el 4 de julio en Cantabria. Durante el confinamiento vimos muy difícil llegar a esa fecha y decidimos posponerlo hasta octubre, el 17 concretamente. Y, a principios de agosto, nos empezó a fallar mucha gente, sobre todo los que tenían que venir fuera de España, gente que son población de riesgo y no se atrevían a venir, y otros que no veían seguro reunirse tantos en un espacio más o menos reducido. Hablamos un fin de semana y decidimos cancelarlo. En todo caso queríamos casarnos y decidimos, antes de que todo se pusiera peor porque el 17 de octubre a ver cómo está esto, adelantarlo al 29 de agosto y cambio de Cantabria a Burgos.”.
En Burgos la temperatura es más fresca, pero en Ávila puede subir a cotas muy difíciles para unos novios dados sus trajes, pero pese a eso Rocío se ha mantenido fiel a su elección: “No he cambiado nada de traje, llevo manga larga y además ha refrescado, por lo que soy feliz de que haga fresquito y así no paso tanto calor”. Maiki, por su parte, ha reconocido que lo han tenido “complicado”: “La boda iba a ser el 6 de junio y con el coronavirus todo se trastocó. Ese día cambiamos al 6 de septiembre y se nos ha complicado por lo mismo: no sabemos cómo va a estar la situación en una semana y hay que hacer algo al respecto. Si nos queríamos casar debía ser ya. Desde la finca nos decían que para el 6 de septiembre lo más seguro es que no se pudiera por las restricciones, que seguro que iban a aumentar. Hemos bajado de 150 invitados a 92, y han caído por su propio peso”.
Elena, novia de Diego, relata que este cambio de fechas le ha ayudado a centrarse: “Creo que una boda es un momento muy especial para todos y, a veces, sin darte cuenta, te dispersas y empiezas a centrar tus energías en detalles que luego no son tan relevantes. Pierdes la esencia de lo que es realmente importante ese día y de las personas que te van a acompañar. Estoy agridulce, es muy triste no poder besar y abrazar, porque es un día para ello, pero también es muy bonito porque es una celebración rodeada de padres, hermanos y padrinos de bautismo. Esto no quita que el año que viene busquemos la manera de besar y abrazar y celebrarlo para reforzar la decisión de hoy”.
Rocío, novia de Maiki, coincide con Elena: “Es verdad que, cuando empezó todo esto y te empiezan a poner límites para todo, dices ‘yo solo quiero casarme, lo demás es accesorio, empezar el matrimonio con Maiki’ y valoras mucho más lo esencial. Estoy muy feliz de poder por fin casarme y eso es lo que importa, todo lo demás es accesorio”.