El duro rifirrafe entre Cristina y el dr. Gaona: “Si los colegios no abren los niños lo sufrirán”
Este sábado, en la tertulia de chicos, la directora del programa y el famoso colaborador han entrado en una intensa discusión a cuenta del tema principal
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Todo ha comenzado cuando el doctor Gaona, psicólogo y psiquiatra, ha querido “aclarar el tema” de los contagios entre los niños, y para ello ha sacado a relucir un estudio coreano que ha trascendido a la comunidad científica: “Los niños menores de 10 años transmiten, y leo literal, con menos frecuencia que los adultos pero el riesgo no es cero”. Entonces Cristina ha destacado “luego coincidimos”, a lo que Gaona le ha respondido: “No no… y aquellos entre 10 y 19 años extienden el virus de igual manera que los adultos”. Cristina le ha interrumpido para asegurar que “no más, no como en el caso de la gripe”, a lo que Gaona le ha respondido “yo no he dicho que más”.
Gaona ha seguido explicando que “los niños tienen una ventaja y una desventaja, y es que presentan menos síntomas, es verdad que tosen menos, con lo cual es más difícil que lo contagien, al contrario que un adulto. Sin embargo, por razones obvias, cuando llegan a casa, y más aún si hay abuelos, personas intermedias que finalmente acaban visitando a gente más mayor, el contacto físico con nuestros hijos es obvio que es mucho más intenso que con un extraño, solo ya por la propia convivencia en casa. José Luis Jiménez ya decía que ‘los colegios son una incubadora de virus’, literalmente. Niños encerrados en clases, todos respirando el mismo aire”.
En ese momento Cristina ha entrado en la discusión: “Entro con el informe del Robert Koch Institute cuyas bases son las que has mencionado. Es evidente que el estudio coreano no va un ápice más allá de los informes del Robert Koch. En Alemania han empezado ya los colegios, lo veremos mañana en el programa, han empezado por completo, han empezado presenciales y han empezado, ojo, sin mascarilla, entre otras cosas porque dicen los profesores que tener a un chaval, por ejemplo, como vamos a tener a los nuestros, de los 6 años, todo el día embozado tiene consecuencias hasta de orden psicológico, y porque dicen también que resulta muy difícil dar clases sin tener en cuenta la gestualidad del alumno. Ojo, bien, ahí no entro ni salgo. Yo lo que digo es que el Robert Koch te dice ‘en efecto, no se puede decir la expresión ‘los colegios son incubadoras’’, José Miguel, perdóname que te corrija. No se puede, ¿por qué?”.
Gaona, ante esto, aclara que “no lo he dicho yo, lo ha dicho uno de los medios expertos a nivel mundial respecto a aerosoles”. Cristina, por su parte, asegura que “yo le digo a este señor, en virtud de lo que se está diciendo del Robert Koch, es que, en efecto, los niños lo reciben menos, lo reciben asintomáticos, lo reciben con menos consecuencias cuando enferman, y lo transmiten con total normalidad. No son vectores especiales de contagio, cosa que sí hacen con la gripe. Es decir, tú coges a niños con gripe, los metes en un colegio y es una incubadora”. En ese momento Gaona responde rápidamente “perdón perdón perdón, lo acabas de decir, no lo transmiten de una manera especialmente más elevada, claro que no, es que… es que… faltaría más”.
“La pregunta es, y déjame acabar”, dice Cristina: “¿Tienen los padres que estar todo el año escolarizando a los críos con las consecuencias psiquiátricas y psíquicas que está teniendo para los hogares y para los niños, o tienen más bien los mayores, que es lo que van a hacer porque son bien razonables, abstenerse de ver a los nietos de forma directa en lo que queda de invierno?, me refiero a los ancianos. Quizás lo que haya que ver es el modo de convivencia español, claro, en Alemania un niño vuelve a casa con sus padres, come, desayuna y duerme en casa con normalidad, pero no visita a los abuelos físicamente, los ve telemáticamente o a una cierta distancia, y ese es el factor que quizás haya que cuidar en nuestra tierra, que un niño que viene del cole no tiene por qué lanzarse a los brazos de la abuelita, ni tienen que ir los abuelos a buscar a los niños al cole. Pero generar una alarma por el hecho de que la gente se incorpore al colegio cuando el colegio es indispensable, porque tú no puedes tener un país año y medio sin escolarizar, no puedes por las consecuencias físicas y psíquicas que se producen en la socialización de los niños”.
“¡Que yo no estoy diciendo que no se lleven a los niños al colegio!”, exclama Gaona, que explica: “Estoy diciendo, desde el punto de vista científico, lo que es muy probable que suceda. Luego, los especialistas en salud mental, en turismo, etc. tendrán que sacar sus conclusiones. Lo que estamos diciendo es que, como bien has dicho y lo has dicho tú, no yo, los niños transmiten el virus igual que ‘el más pintao’”. “Sí, pero no son especiales vectores de transmisión, no hay que tener miedo. No sin incubadoras de virus los colegios”, asegura Cristina. “¡No, no, no, no, no! Vamos a ver”, sigue Gaona, “estamos teniendo cuidado en un momento determinado para que no haya reuniones de más de 10 personas y, de repente, ponemos a 40 personas, no 10, 40 durante ocho horas metidos en una habitación…”, “en cohortes separadas, dos metros entre sí, y en cohortes reducidas”, aclara Cristina. “¿En todos los colegios de España van a tener dos metros?”, pregunta Gaona, a lo que Cristina responde “no estoy hablando de los dos metros, estoy hablando de los dos metros entre grupos. Si tú tienes una cohorte de 15 alumnos que van a tener entre sí contacto, haces grupos biológicos estables, de lo que se trata no es tanto de que ellos mantengan, entre todos, las distancias, en cuanto a lo que los alemanes llaman cohortes. O sea, si tú coges una clase y esa clase convive durante todo el año, es evidente que se van a transmitir todo entre sí, pero no pasa nada, es decir, es ese grupo, como una familia, no todo el colegio entero”.
“No no no no no, el concepto de burbuja dentro de un colegio es totalmente imaginario, propio de la fantasía”, interrumpe Gaona: “Es decir, están en una burbuja, pero obviamente por la tarde vuelven a su casa, y los fines de semana, como es lógico, no solamente visitan a otros amiguitos, vecinos, supermercados, abuelitos, tíos, primos y sobrinos. Es decir, es que nos han vendido eso de que en el colegio están en una burbuja, es mentira, absolutamente”.
“No no, pero yo no estoy hablando de una burbuja”, aclara Cristina, “estoy hablando de las medidas internas en el colegio. En fin, podríamos discutir toda la mañana pero quiero dejar claro que no estoy en absoluto de acuerdo, que en Alemania han empezado ya los colegios, están tranquilos y saben que la enfermedad se transmite entre los niños pero de una manera bien distinta y que, desde luego, no son vectores de contagio como se decía en el caso del covid”. “¡Pero claro que son vectores de contagio, pero como cualquier ser vivo, ¿cómo que no? Es muy peligroso que digamos que los niños no pueden contagiar”, asegura Gaona. “Cuando digo vectores digo de una manera exponencialmente más subrayada, como ocurre con la gripe, que ahí el niño es una verdadera incubadora, lo pensábamos al principio del covid y no es así, eso dice el Robert Koch con radicalidad”.