Los misioneros que luchan contra la explotación y la miseria en el Congo

En Bukavu cientos de mujeres de los barrios más pobres se ven obligadas a trabajar en condiciones inhumanas

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 12:53

Es una imagen que se repite en muchos lugares de África: mujeres que llevan enormes bolsas a sus espaldas para trasladar mercancías a los mercados, muchas veces maltratadas y con salarios paupérrimos. Es lo que sucede cada día en Bukavu, la capital de la convulsa región congoleña de Kivu-Sur. Cientos de mujeres de los barrios más pobres cargan enormes bolsas a sus espaldas y hacen docenas de viajes desde el puerto hasta el mercado, y viceversa. A cambio reciben 300 francos congoleños (unos 16 céntimos de euro) por entregar 150 kg de mercancías. Un agotador vía crucis que socava día a día su salud.

Los Misioneros de África, también conocidos como Padres Blancos, han lanzado un proyecto para sacar a estas mujeresporteadoras de suvida de sufrimiento y penurias. En realidad se trata de apoyar la iniciativa de un grupo de 150 de estas mujeres que han fundado la asociación “Femme Debout” (Mujer a pie), con el objetivo de iniciar pequeños negocios que les permitan sostener a sus familias. Los misioneros van a gestionar pequeños créditos que ellas se comprometen a devolver en un plazo de seis meses, y que les permitan establecer pequeños quioscos, puestos donde pueden vender frutas y verduras.

La decisión de reunirse y comenzar estos pequeños negociosgracias al microcrédito ha permitido romper el círculo vicioso de la explotación y la miseria. Por el momento, todas las mujeres que han recibido el préstamo lo han reembolsado regularmente dentro de los términos acordados, pero aún queda mucho por hacer.
Los Padres Blancos se han comprometido a apoyar este proyecto poniendo cinco mil euros a disposición de la asociación “Femme Debout”, que es la que da a cada mujer seleccionada entre 70 y 80 euros. Una cantidad que aquí nos puede parecer irrisoria, pero que allí puede permitir emprender una nueva vida. Los Padres Blancos aclaran que esta no pretende ser una iniciativa paternalista, sino un proyecto que responsabiliza a las mujeres y las ayuda a cambiar su destino.